La pandemia de coronavirus mandó a millones de trabajadores a sus casas. Como consecuencia, la tasa de ocupación de las oficinas cayó en Barcelona y las rentas se frenaron en seco en las principales ciudades financieras.

Por citar un ejemplo, en Madrid descendieron el 1,4 por ciento en 2020, frente al alza del 5,8 por ciento de 2019. Sólo los contratos de arrendamiento de larga duración protegieron a los arrendadores de oficinas del peor impacto de la pandemia de coronavirus.