Los supervisores y demás miembros del mercado que siguen atacando a las criptodivisas, los que dicen, por ejemplo, que el bitcoin es una «farsa», una «estafa piramidal» o un «activo sin valor», harían bien en enterarse de lo que se está cociendo en este mercado.

En este número de INVERSIÓN damos una pista clave, muy poco conocida hasta ahora, cómo es el perfil del criptoinversor. Seguro que se sorprende, porque tiene muy poco que ver la imagen que el mercado ha transmitido de estos inversores con la realidad.

Y hay un dato muy preocupante. El rechazo que los activos tradicionales provoca entre un buen número de criptoinversores. Confían más en las monedas digitales que en las acciones, los fondos, los bonos o el oro. Un serio aviso a la industria financiera. 

Es hora para la reflexión, para conocer todo lo que se ha hecho mal durante estos años, para analizar los motivos por los que las nuevas generaciones de inversores solo se activan en el ecosistema criptoactivo.

Es urgente que los supervisores de los mercados regulados dejen de lado sus repetidas críticas a las monedas digitales y busquen soluciones.

Ya son más de 100 millones las personas que tienen invertido dinero en criptomonedas.