Una inversión fascinante
EDITORIAL ● El interés de los inversores por las franquicias está de vuelta. Pero factores que antes daban seguridad, ahora crean incertidumbre
Pocas inversiones han dado más alegrías a los inversores que las franquicias, especialmente las de marcas consolidadas. Y por dos vías muy diferentes. La de la inversión directa en un negocio o a través de la bolsa, en acciones de franquicias cotizadas.
Son tan atractivas ambas fórmulas, que los expertos no se ponen de acuerdo en cuál es la más recomendable. Son tantos los factores que rodean a estos proyectos, que obligan a un detallado análisis por parte del inversor antes de dar el último paso en una dirección o en otra.
Como era de esperar, este sector no se ha librado de los efectos negativos de la pandemia.
Pero es cierto que un buen número de ellas ha sabido dar el giro necesario para adaptarse al nuevo escenario, a las nuevas demandas de los clientes. Esto ha hecho que el interés de los grandes y pequeños inversores esté de vuelta. Principalmente en las franquicias que impondrá la pospandemia, en los negocios que demandarán los nuevos hábitos surgidos tras la crisis.
Pero como explicamos en el número 1.240 de la revista INVERSIÓN, la ubicación de las franquicias, que antes era sinónimo de seguridad, ahora se ha convertido en un factor de máxima incertidumbre.