El mal gobierno corporativo
SIN SUSCRIPCIÓN ● El buen gobierno corporativo no tenía nada de bueno. La prueba es que la Fiscalía y la Audiencia no solo persiguen a los directivos
Tras la crisis financiera de 2008, el IBEX 35 se abrazó a la responsabilidad social corporativa y quiso marcar el paso a la hora de cumplir las recomendaciones de la CNMV sobre buen gobierno corporativo.
Se trataba de abrir una nueva era que borrara las inaceptables actuaciones que protagonizaron los primeros directivos de conocidas compañías, que llevaron al mundo al borde del abismo.
Pero ese cambio en los principios que debían regir la gestión de una empresa, con la ética y la coherencia como argumentos, ha durado muy poco. Lo que ha tardado en salir a la luz el caso protagonizado por el excomisario Villarejo y todos los asuntos turbios que salpican a las grandes del IBEX 35.
No han sido hechos aislados, lo que confirma que esas prácticas presuntamente delictivas estaban muy extendidas entre las cotizadas españolas.
El buen gobierno corporativo no tenía nada de bueno. Todo lo contrario. Ese compromiso de aplicar la responsabilidad social a todas las actuaciones de las compañías no era sincero, no existía. Todo era papel mojado.
La prueba es que la Fiscalía Anticorrupción y la Audiencia Nacional no solo persiguen a los directivos, también va a por las propias empresas.