¿Activo físico o digital?

EDITORIAL ● INVERSIÓN analiza la revolución que se está gestando en el mundo de las inversiones

«Gato negro o gato blanco, da igual, lo que importa es que cace ratones». Este famoso proverbio chino al que suele recurrir con frecuencia el expresidente del Gobierno Felipe González se puede aplicar a la revolución que se está gestando en las inversiones: la revolución token. Gracias a la tecnología que está detrás de las criptodivisas, todos los activos financieros (acciones, fondos, bonos, materias primas, vivienda...) se tokenizarán, se intercambiarán como fichas digitales.

Las principales ventajas con las que contarán los inversores estarán vinculadas a una mayor agilidad en la operativa y un descenso en las comisiones, al reducirse el número de intermediarios.

Pero como en el proverbio que le gusta a Felipe González, el inversor no debe perder la perspectiva. Da igual que el activo sea físico o digital, lo importante es que sea rentable, que ganemos con él. Cómo nos lo presenten es secundario. Lo fundamental es que esté ajustado a nuestro perfil de riesgo y que sea adecuado para el momento en el que decidimos invertir.

Si además de eso, nos ofrece alguna ventaja adicional, bienvenida sea, pero lo que importa es su solidez.

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