La salida de la crisis nada tiene que ver con la que se diseñó en plena pandemia. Con la llegada de la vacunación todo el mundo esperaba que los motores económicos, parados durante el confinamiento, se encendieran y la economía funcionara como antes. Nada más lejos de la realidad. La crisis del coronavirus ha abierto un escenario inédito hasta ahora. El último capítulo lo protagonizan los salarios. La recuperación de una crisis suele ir acompañada de un recorte en las nóminas. Pero en este caso estamos observando el fenómeno contrario. Los salarios crecen en las economías desarrolladas a un ritmo del 4 por ciento, muy por encima de la media del mundo prepandémico. 

El CEO de Goldman Sachs, David Solomon, asegura que «hay una inflación real de los salarios en todos los aspectos de la economía en este momento», y destaca que esta subida se ha convertido en una preocupación prioritaria para los líderes empresariales y los inversores. En el caso de estos últimos, se ven obligados a hacer ajustes en sus carteras. Las compañías cotizadas más expuestas al aumento de los costes laborales ya lo están acusando. Los inversores buscan valores que resistan mejor esta situación.