La digitalización está transformando de forma radical la inversión tanto en los procesos de gestión como en los servicios que se prestan a los clientes, impulsando la aparición de nuevos vehículos inversión, democratizando los mercados, personalizando los servicios, reduciendo costes y aportando transparencia y seguridad en las operaciones.

Las principales beneficiadas la irrupción de nuevas tecnologías en la inversión son las entidades financieras, entre ellas las gestoras, que son conscientes de las ventajas que estas generan en sus negocios y «están invirtiendo en infraestructuras tecnológicas para conseguir entornos digitalmente integrados y seguros, con una mejor gestión de los riesgos», asegura Pilar Galán, socia responsable del área legal del sector financiero de KPMG Abogados.