Los mercados emergentes se enfrentarán a algunos retos importantes pero manejables en 2022: una inflación elevada, unas condiciones financieras menos acomodaticias y la actual desaceleración económica de China. Estos retos les han afectado en 2021; sin embargo, creemos que se resolverán a principios de 2022, con lo que habrá mejores perspectivas para el resto del año.

En general, los bancos centrales de los mercados emergentes no han adoptado tantas medidas de estímulo como lo han hecho los mercados desarrollados. Algunos bancos centrales de estos países han subido los tipos de interés con rapidez para combatir el fuerte aumento de la inflación. Brasil ha sido uno de los más agresivos en este sentido, lo que podría afectar negativamente al crecimiento de su PIB en 2022.