Tres tendencias con potencial en renta variable

La desescalada, la transición energética y la digitalización son tres fenómenos que representan atractivas oportunidades de inversión

El protagonismo que han adquirido los bancos centrales y su intervención de manera activa en los mercados financieros durante la última década han provocado un estrechamiento de las primas de riesgo en toda la cadena de activos financieros, empujando al alza las valoraciones y obligando al inversor a asumir más riesgo para poder obtener la misma rentabilidad que antaño. Estamos en un mundo en el que se están produciendo grandes disrupciones y donde, probablemente, el nivel estructural de tipos de interés puede que sea más bajo que el de ciclos anteriores.

En este escenario de tipos de interés más bajos y crecimiento económico, la renta variable continúa siendo una de las mejores alternativas de inversión y uno de los activos con mejor combinación rentabilidad-riesgo a largo plazo, si lo comparamos con el resto de activos. Aunque los niveles de valoración a nivel agregado (índices) son exigentes y las expectativas de crecimiento de beneficios están empezando a reducirse desde cotas muy elevadas (recordemos que en 2021 los beneficios empresariales crecerán cerca de un 50 por ciento), existe una notable polarización a nivel de sectores y de valores, por lo que seguimos viendo oportunidades. 

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