La insistencia de Argentina en su plan de gasto fiscal anticipa una nueva colisión con el Fondo Monetario Internacional, aunque los analistas creen que el país sudamericano se verá obligado a cambiar su posición y cerrar un acuerdo para evitar una crisis mayor. 

El Gobierno argentino y el FMI mantienen conversaciones desde hace más de un año. Argentina busca evitar un incumplimiento con el FMI en un año en que se avecinan pagos por 19.000 millones de dólares, parte de una deuda de 45.000 millones que necesita ser refinanciada para ayudar a restaurar la credibilidad de la nación sudamericana en los mercados. El ministro de Finanzas, Martín Guzmán, afirmó hace una semana que el mayor escollo en las negociaciones con el FMI era cómo y a qué velocidad Argentina debería reducir su déficit fiscal. Presentó un plan económico que implica cinco años más de déficit y emisiones monetarias para reparar los agujeros.