España necesita un Robin Hood que haga frente al ladrón silencioso de la inflación. La escalada desmedida de los precios que soporta desde el pasado verano y que se ha agravado tras el estallido de la guerra de Ucrania está ahogando las economías de los hogares hasta tal punto, que varias casas de análisis coinciden en afirmar que el consumo sufrirá una importante contracción.

Sin ir más lejos, el consenso de Funcas rebajaba su previsión sobre el consumo hasta el 3,9 por ciento. Esto supone una caída de 1,5 puntos con respecto a las estimaciones de enero.