El rumbo roto del turismo
La nueva temporada alta turística será, en realidad, un contratiempo importante para los gigantes. Algunos destinos están abocados a la crisis
La invasión de Ucrania ha puesto del revés a la economía mundial justo cuando comenzaba a recuperarse de dos años de pandemia. El turismo destaca entre los sectores más afectados en esta nueva fase de inestabilidad. El aumento del precio de los combustibles, las restricciones en el tráfico aéreo global y el rebrote de la inflación se combinan con los efectos psicológicos de la guerra (retracción del gasto, miedo a viajar, aumento en la percepción del riesgo) para frenar la recuperación de una actividad que en 2019 supuso el 10,3 por ciento del PIB global –diez billones de dólares y 334 millones de empleos— que la crisis sanitaria ya recortó a la mitad.
Para «gigantes» turísticos como España, Francia e Italia, las consecuencias del parón serán un contratiempo importante, aunque manejable. Pero para otros países en los que los visitantes extranjeros son un generador primordial de empleo e ingresos son un drama que les aboca a la crisis social y a la suspensión de pagos.