Entre una impresión enmarcada del cuadro de Thomas Kinkade Un retiro tranquilo, Roli Chiu, instalador de sistemas de alarmas, comenzó su trabajo un día de marzo desembalando cajas de dispositivos en el salón de un nuevo cliente. Tardaría cinco horas en instalar el sistema. Comenzó con el panel de control en el gran vestíbulo de la casa de 375 metros cuadrados en una comunidad cerrada de Palmetto Bay, Florida. Luego lo conectó a todos los nuevos sensores de puertas y ventanas, detectores de movimiento y monitores de humo y monóxido de carbono. Sin embargo, Chiu, que calcula que ha instalado sistemas en 15.000 casas en sus dos décadas en ADT pensó que ésta podría beneficiarse de un montón de gadgets de Google que la empresa pronto añadiría a su cartera.

«Cuando lleguen las cámaras Nest -oh, Dios mío- eso va a ser un cambio de juego», dijo. «Me encanta tener a Google de nuestro lado».