Las bolsas globales acumulan un importantísimo descalabro de dos dígitos y no hay indicios de que vayan a darse la vuelta para maquillar el final de año. La agresividad de los bancos centrales en su lucha contra la inflación y la persistencia de esta última dieron al traste con el último intento de rebote del mercado, este verano, y no se vislumbran asideros a los que aferrarse para salir de la racha bajista. Máxime, con el mundo entero encaminándose hacia una recesión.   

«Las incertidumbres económicas prolongarán la volatilidad de los mercados en el corto plazo, mientras que los Estados Unidos y Europa se enfrentan a una contracción económica», resume un reciente informe de Deutsche Bank, en una opinión compartida por Belgravia, que pronostica un deterioro adicional de la economía y de los mercados financieros.