La inversión temática ha supuesto una auténtica revolución en los mercados. El que los inversores pudieran participar y beneficiarse de las grandes tendencias que están transformando el mundo ha marcado un antes y un después en las carteras de fondos, especialmente.

Ya no se concibe una inversión diversificada si no se cuenta con posiciones en megatendencias como la inteligencia artificial, la ciberseguridad, las infraestructuras, la salud o la lucha contra el cambio climático, algunas de ellas con numerosas subtemáticas de igual interés.

Pero hay algo que el inversor debe tener siempre presente a la hora de introducirse en estas inversiones de futuro. Además del plazo, dado que la inversión temática necesita un plazo mínimo de tres años para dar sus frutos, aunque es recomendable ampliarlo hasta los cinco, es clave acertar con los ganadores de cada tendencia. 

Ni todas las temáticas identificadas ni todas las compañías implicadas en ellas tienen el éxito garantizado. Hay algunas formas de minimizar los riesgos, como combinar diferentes temáticas.

Eso lo hacen algunos fondos globales que incluyen en sus carteras varias temáticas bien diversificadas. También, seguir los consejos de los gestores especializados en estos fondos, que tienen detectadas las empresas con más posibilidades de triunfar.Pero a pesar de todas las precauciones, hay sonoros fracasos, como el de los coches autónomos que contamos en este número.

Una fallida inversión de más de 100.000 millones de euros que recuerda lo complicado que es acertar con las temáticas ganadoras.