Brasil y la maldición de Iberoamérica

ANÁLISIS ● Una nueva forma de golpismo, potenciada por la manipulación masiva a través de las redes sociales, se consolida como principal amenaza al concepto de estado de derecho

Manifestantes contra los resultados electorales y el gobierno del recién posesionado presidente Lula da Silva invaden el Congreso Nacional, el Supremo Tribunal Federal y el Palacio del Planalto.

Una maldición histórica continúa operando en la América que habla en español y portugués: la que le empuja a afrontar sus problemas de la manera más dañina para la convivencia, para la robustez institucional y para la estabilidad que requiere la economía.  

El 8 de enero, Brasil, el país más populoso de la región –y séptimo del mundo, con 216 millones de habitantes— volvió a recordar la vigencia de ese determinismo político a través de las imágenes del asalto a las sedes del Estado protagonizado por una turba bolsonarista. 

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