Los ETF en España y la verdadera “excepción ibérica”
La revista Inversión y Fidelity International ejercen de anfitriones del Foro ETF 2023. La industria señala que España es el único país con unos impuestos “lesivos” para el desarrollo de estos activos
El Foro ETF de la revista Inversión y Fidelity International presentó momentazos en los que, más que un cónclave sobre fondos indexados, parecía el juego de las diferencias. ¿Por qué en España la industria está tan verde? Cuatro especialistas de primer nivel, practicantes de los mercados internacionales, coincidieron en dos razones.
La primera, y quizá más lesiva, tiene que ver con unos impuestos que “el Gobierno aplica de manera punitiva” a los inversores de estos productos. Lo afirma un peso pesado: José García. Es el director asociado de investigación de fondos para la región de EMEA en Morningstar.
“Acabo de llegar a España después de años viviendo en los Estados Unidos y se cumple el famoso lema del ‘Spain is different’”. Lo de los ETF en España, remató su análisis, “es la verdadera excepción ibérica”. No hubo debate. Otras casas presentes en el Foro ETF –Blackrock y Tidal Financial Group, además de la propia Fidelity— coincidieron en el diagnóstico.
El segundo punto de bloqueo sea quizá más complicado de resolver. Entronca con la polémica mudanza de Ferrovial a Holanda y con las quejas de la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde: la fragmentación de los mercados europeos.
Señales de pujanza
Pero a pesar de remar en contra, los ETF dan señales más que evidentes de pujanza. Fueron el producto que lideró la inversión durante 2022 en todo el mundo y firmaron entradas de capital de 200.000 millones entre enero y marzo, 60.000 de los cuales se suscribieron desde Europa.
El runrún del mercado señala para este ejercicio a los ETF de gestión activa. “Es nuestra aproximación a este producto ya que tenemos capacidades para liderar su comercialización en España”, explicó el director de ETF para España de Fidelity International, Domingo Barroso.
Tras esa declaración de principios empezaron a caer en cascada las dudas de los asistentes al Foro ETF de la revista Inversión –con lleno total—.
¿Cómo dividimos la asignación a gestión activa y pasiva? ¿Qué porcentaje de la inversión hay que dedicar a cada una de ellas? Silvia Serna, de Blackrock Iberia, echó mano de su habitual sinceridad.
“La gestión activa empieza en el momento en el que decides dónde invertir: ya estás haciendo con ese gesto una asignación de activos”, explicó a una audiencia presencial compuesta por decenas de inversores. Durante el foro se insistió muchísimo en el punto de teoría que impregna la división gestión activa/pasiva; pero los números acuden al rescate.
El segmento de los ETF activos está en claro crecimiento, suponen un 11 por ciento de la industria. El resto del dinero está fondeado en fondos indexados pasivos. Unos crecen los otros caen. La tendencia es clara.
Los asistentes, avispados –como en todos los foros de la revista Inversión—, dispararon rápido. ¿Hablamos de costes? Hablemos. Evidentemente, un ETF activo será más caro, pero la tendencia es hacia el abaratamiento. Lo explica Barroso, de Fidelity, gráficamente con sus manos.
Con la izquierda trazó el eje de la Y. Con la derecha, el de la X de un gráfico imaginario. Nos pidió que imagináramos la línea de costes para un ETF pasivo pegada a la palma que simbolizaba las X. Y que, proyectáramos los ETF activos más próximos a su mano izquierda, elevada para dibujar la Y.
“Próximamente veremos como la línea de costes de los ETF activos buscará un ángulo de 45 grados e irá aproximándose hacia la Y”.
La retrocesión también generó debate. Y esa es otra de las excepcionalidades de la “isla ibérica” para el ETF. En España están prohibidas, dificultando la construcción de un negocio sano y transparente para el inversor.
Por ahora, parece que los inversores españoles que se apuntan al ETF no ponen la tilde ahí exclusivamente. Al menos los costes no son bloqueantes. “Hoy por hoy nos piden marca y performance”, comparte Barroso.
La marca blanca
El foro continuó sus debates con otra irrupción. La de los ETF de marca blanca. Tema que sirvió para abundar en el pasmo de España en relación con estos productos de inversión.
Mientras en los Estados Unidos y en el Reino Unido un influencer puede crear un fondo indexado que confíe en Tesla y use la estructura de una casa solvente para que el producto tenga vida, la legislación española ni lo huele. Quizá estemos ante otro caso como el de las criptomonedas.
Los inversores empezarán a hacerlo y luego, los políticos, en cuanto huelan recaudación fiscal, irán detrás con las amenazas y sus técnicas intimidatorias habituales. Pero, mientras tanto, los ETF de marca blanca nos están dejando momentos gloriosos.
La audiencia de la CNBC montó un ETF “para hacer lo contrario de lo que diga Jim Cramer (el presentador del canal financiero que no da una)”, contó el director para EMEA de Tidal Financial Group, Telmo Rueda. Más casos de ETF de marca blanca.
Hay fondos indexados que invierten siguiendo la declaración de bienes al Congreso de Nancy Pelosi y Ted Cruz. “Ellos han hecho sus fortunas invirtiendo en sectores que, a la vez, regulan”. Cabe remarcar que en EEUU “esta práctica es legal”, insiste Rueda.
Con este carro de ejemplos operativos el Foro ETF firmó su edición de 2023.
Nuevamente se insistió en la necesidad de un asesor financiero para que acompañe las grandes decisiones que debamos tomar sobre nuestro dinero. No en vano, como las quejas sobre los impuestos, la insuficiente formación financiera en España planeó durante las cuatro horas de debates.
Quizá sea otra característica de la verdadera “excepción ibérica” inversora.