Por qué fabricar baterías para coches eléctricos es sólo para masoquistas

El tropiezo de Northvolt puede indicar que no iría mal cierta humildad hasta que Europa domine lo básico en materia de coches eléctricos

Europa está descubriendo que fabricar baterías para coches eléctricos es difícil. Muy difícil.

Las dificultades financieras de Northvolt han puesto al descubierto un impedimento fundamental para las esperanzas europeas de armar una industria de baterías local para coches eléctricos que impulse la transición energética: fabricarlas a gran escala requiere mucho capital y es difícil; aumentar la producción puede llevar años; y los contratiempos son inevitables y potencialmente ruinosos desde el punto de vista financiero.

Empresas experimentadas como Contemporary Amperex Technology y BYD de China, los gigantes surcoreanos LG Energy Solution, SK On y Samsung SDI; y la japonesa Panasonic Holdings llevan varios años de ventaja y representan la inmensa mayoría de la producción mundial de baterías. Cualquiera que piense que Europa puede ponerse al día rápidamente invirtiendo dinero y mano de obra es un arrogante o un ingenuo, o ambas cosas.

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