El caos que congeló los sistemas digitales en todo el mundo por la crisis de CrowdStrike Holdings es exactamente el tipo de crisis que ha preocupado a los reguladores financieros en los últimos años. En particular, los supervisores bancarios estadounidenses han criticado a los principales grupos por la mala gestión de los riesgos tecnológicos. Esos informes suponían una llamada de atención sobre los peligros que crean unos pocos proveedores dominantes al proporcionar servicios críticos para la industria... hasta que la literatura de los supervisores se convirtió en realidad.

Un pequeño archivo corrupto en una actualización del software de seguridad de CrowdStrike provocó horas de interrupciones en bancos, administradores de dinero y bolsas de valores, incluidos los gigantes Bank of America y JPMorgan Chase & Co, entre otros. El problema no fue sólo ese: justo el día anterior, la red de pagos interbancarios del Reino Unido dejó de funcionar por otro problema de caídas informáticas, lo que retrasó compras de viviendas y otras operativas vinculadas con transacciones financieras voluminosas.