España «pierde» Cuba otra vez
España y los EEUU no parecen interesados en una transición en Cuba. Para desgracia de los cubanos, no es una prioridad
Las protestas desatadas en Cuba a partir del 11 de julio, y su posterior represión, ponen de manifiesto el legado de las dos potencias coloniales, una real y otra de facto, que han determinado su vida republicana: España, de la que se separó en 1898, y los Estados Unidos que, por proximidad y interés, sustituyeron a la metrópoli original hasta el punto de convertir la isla en un anexo suyo en el Caribe; una mezcla de protectorado y parque de atracciones que duró hasta que Fidel Castro bajó de la Sierra Maestra y «mandó parar».
Dos de los vértices de ese triángulo han cambiado mucho en 123 años. Los gobiernos norteamericanos ya no practican el colonialismo impulsado por Teddy Roosevelt; ahora ejercen su influencia de otra manera. España, por su lado, es la democracia que no permitió cuando gobernaba en su colonia predilecta.