España: severa pero ineficaz
El hundimiento del PIB español refleja que las medidas contra la pandemia fueron duras, pero poco eficaces para reducir la mortalidad
A comienzos de marzo, poco antes de decretarse el estado de alarma, circuló en las redes sociales una advertencia: «Si no sabes encenderla, no la apagues». El sujeto omitido en la oración era «la economía» y la frase hacía referencia al parón económico que iba a suponer el confinamiento. Con los datos de crecimiento del segundo trimestre (-18,5 por ciento) más los del primero (-5,2 por ciento) España es ya el país europeo que ha acusado el mayor impacto económico de las medidas de control de la pandemia.
La brutal caída del PIB tendría algún sentido si el precio que se ha cobrado el coronavirus en vidas humanas no fuera uno de los más altos de Europa ni del resto del mundo: 28.472 fallecidos según las cifras oficiales, pero el exceso de muertes por coronavirus fluctúa entre 44.000 y 48.000 según diversas estadísticas (Monitorización de la Mortalidad, INE, comunidades autónomas y registro civil).