Las criptomonedas están provocando en numerosos inversores cambios radicales en su estado de ánimo. De la fascinación por este nuevo universo pasan a la decepción en cuestión de segundos. Y en muchas ocasiones sucede incluso antes de invertir, de desembarcar en este mercado. Y todo por no seguir unas reglas básicas, por no dar los pasos adecuados. Aspectos como la apertura de las cuentas, la elección del broker o el uso de las billeteras digitales son claves para proteger la parte del patrimonio que quiere destinar a este universo. No hay que olvidar que se trata de un entorno propicio para las estafas, donde proliferan actores que no cuentan con la autorización para operar en el mercado, pero que aprovechan los cabos sueltos que deja un ecosistema nuevo de inversión para coger el dinero de los clientes y salir corriendo. 

Más de 4,4 millones de españoles invierten ya en activos digitales y muchos de ellos desconocen los riesgos que esa decisión implica. Son claros candidatos a pasar de la fascinación a la decepción.