Al pequeño inversor le gusta seguir los pasos de los grandes inversores. Se sienten cómodos y seguros replicando sus estrategias, que suelen ser exitosas. El problema, en España, es que no cuentan con tantas referencias.

No hay una figura similar a la de Warren Buffett o de otros conocidos inversores estadounidenses, que suelen tener una presencia permanente en los mercados de comunicación o mantienen una estrecha relación con las comunidades inversoras.

En España, además, siempre se ha criticado la tendencia de los grandes inversores a destinar buena parte de su patrimonio al sector inmobiliario. Pero hay excepciones. El presidente de ACS y del Real Madrid, Florentino Pérez, es una de ellas. Los analistas aseguran que es «un visionario». Sus inversiones están muy diversificadas.

Y ha apostado por sectores estratégicos con una elevada capacidad de crecimiento. Sectores que cuentan con numerosas compañías cotizadas a nivel global, desconocidas en muchos casos, pero con entidad para formar parte de las carteras. Florentino tiene instinto inversor, el de los inversores de raza.  

Pero no es infalible. Como todos los inversores, comete errores y algunos de bulto. Ha sido el objetivo de este número. Analizar los aciertos y los fallos de Florentino Pérez como inversor. Saque sus conclusiones.