Pocas enfermedades han tenido tantos medicamentos fallidos como el Alzheimer. Las grandes farmacéuticas, después de dos décadas de intensa investigación, no han conseguido dar con el tratamiento que logre frenar esta enfermedad.

Últimamente las noticias más positivas han llegado de la mano de una española, la bióloga celular Ana María Cuervo, que anunció junto a su equipo de la Escuela de Medicina Albert Einstein de Nueva York una nueva terapia para el Alzheimer que está funcionando en ratones.

Pero la propia doctora rebajó la euforia desatada por el éxito de estos ensayos y dijo que no quería transmitir falsas esperanzas. Se trata de un paso más, pero no hay nada definitivo.

Sin embargo, es en la recta final de este año cuando las farmas se enfrentan a la hora de la verdad. Se publicarán no uno ni dos, sino tres o cuatro estudios que pueden cambiar lo visto hasta ahora en el tratamiento de esta enfermedad que solo en España afecta a cerca de un millón de personas.

Los inversores tendrán que seguir con atención estas publicaciones, porque pueden relanzar a las acciones de las grandes farmacéuticas implicadas en esta búsqueda de soluciones para una enfermedad que se resiste a ser derrotada.

El sector en bolsa sufre un desgaste lógico tras las subidas registradas durante la pandemia y, especialmente, tras los positivos resultados obtenidos con las vacunas que frenaron el Covid-19. Los estudios que deben reflejar un avance en lucha contra el Alzheimer pueden despertar a sus títulos en bolsa.