En la recta final del ejercicio, los gráficos se han convertido en el mejor aliado para los inversores. Cuando en cuestión de horas se pasa de un buen dato de inflación a la bancarrota de una de las principales plataformas de criptomonedas o al incremento de los casos de Covid en China, no hay tiempo para análisis sesudos, ni para la reflexión.

El margen para actuar es cada vez más estrecho. Y, especialmente, cuando estás intentando gestionar el impacto que puede tener la temida recesión económica o una nueva subida agresiva de los tipos de interés. Anticiparse a la dirección del mercado es prioritario para evitar verse atrapado en un fuego cruzado.