Ha pasado casi medio siglo del periodo de estanflación que arrasó las economías y los mercados. Pero los inversores no lo olvidan. Esta semana, con el shock energético provocado por el enfrentamiento bélico en Ucrania, todos han regresado a la década de los 70. Los mismos temores de entonces se desatan ahora.

El escenario es muy similar al que tuvo como protagonista al petróleo en 1973. Y los inversores se temen lo peor. Porque la estanflación no hace prisioneros con los activos financieros. Es difícil hacer cartera en ese escenario.

Una simulación realizada por los analistas de MSCI nos prepara para lo peor. Una cartera bien diversificada, que cuenta con exposición a acciones de todo el mundo, bonos y activos inmobiliarios, podría sufrir un retroceso del 13 por ciento, según este estudio, si la escalada del petróleo confirma la llegada de la estanflación.

Entre 1973 y 1974, el S&P 500 cayó un 40 por ciento desde máximos. Y las bolsas europeas retrocedieron un 25 por ciento. Ahora, los expertos están convencidos de que, a diferencia de hace casi 50 años, la peor parte se la llevarán los mercados del Viejo Continente.

El peor enemigo de los inversores está de vuelta. Y hay que estar preparados. Por eso, en este número de Inversión damos algunas pistas para hacer frente a esta pesadilla.