Donald Trump no está seguro de si España es un mercado emergente o no. Pero está seguro de que los aranceles a la Unión Europea llegarán «pronto», una amenaza con peso añadido ahora que ha disparado su salva inicial contra Canadá y México -incluso teniendo en cuenta una pausa negociada de un mes-. Estas medidas serían económicamente dolorosas, divisorias y potencialmente existenciales si dividen a la UE entre amigos y enemigos. ¿Qué pueden hacer los europeos al respecto?

Lo primero que hay que hacer es tomarse en serio a Trump. Su ataque a los vecinos de EEUU debería sacar a los europeos de la idea de que Trump está lleno de palabrería o de que ofrecer concesiones anticipadas salvará a los aliados de Estados Unidos. La presidencia de Trump está impulsada por la creencia de que elevar la prosperidad de Estados Unidos significa romper las cadenas que lo atan monetaria, militar y comercialmente al sistema global.