Como inversor europeo que no posee bitcoins, disfruto un poco de schadenfreude cuando la industria de las criptodivisas está realmente molesta por algo. Y el último brote de indignación es una pasada: las élites de las monedas virtuales que vieron a Donald Trump como el salvador de las criptomonedas ahora están molestas por su reciente venta multimillonaria de memes. El inversor Ari Paul lo llamó «desplumar a la gente por miles de millones»; el ex-asociado de Trump, Anthony Scaramucci, dijo que era «corrupción» a nivel de dictador; y el ex-ejecutivo de Coinbase Global, Balaji Srinavasan, lo describió como una «lotería» sin creación de riqueza.

Por supuesto tienen razón al no ver con buenos ojos la mezcla oculta en la moneda meme de Trump, que combina la captación de dinero, el culto al MAGA y la tokenómica. Se trata de un hombre condenado por fraude cuya idea de un anuncio de última hora antes de ser investido como la persona más poderosa del mundo era promover la venta del 20% de una moneda sin valor intrínseco, acuñando miles de millones de la nada y dejando el 80% restante en manos de personas con información privilegiada.