Más allá de renovar los dos niveles institucionales más cercanos a la vida diaria de la ciudadanía, las elecciones autonómicas y municipales del próximo mayo actuarán como una suerte de primera vuelta en la que, como si España fuera una república presidencialista al estilo de Francia o Brasil, se plasmarán las posibilidades de quienes, unos meses después, compitan en las elecciones generales.

Desde el regreso del verano, la confrontación diaria entre el Partido Popular y el Partido Socialista –o, mejor dicho, el cuerpo a cuerpo entre Alberto Núñez Feijóo y Pedro Sánchez– ha acaparado el debate político nacional: que si la renovación del Consejo General del Poder Judicial, que si subir o bajar impuestos, que si la memoria histórica...