La eurozona creció más de lo esperado en el tercer trimestre. Incluso Alemania evitó la recesión que se preveía. El crecimiento en el bloque monetario se aceleró hasta el 0,4%, mientras que los economistas habían pronosticado que se mantendría estable en el 0,2%, al acelerarse Francia y mantenerse fuerte España.

El sorprendente aumento del 0,2% del producto interior bruto (PIB) en Alemania cogió desprevenidos a los analistas, aunque la lectura de los tres meses anteriores se revisó fuertemente a la baja. El punto débil fue Italia, donde la producción fue inesperadamente plana, impulsada por una contribución negativa del comercio neto.