El presidente francés, Emmanuel Macron, jugador empedernido, se ha ganado el derecho a seguir en el partido. Los resultados de la última ronda de las elecciones parlamentarias anticipadas de Francia sugieren que los votantes han dado un enfático "no" a la ultraderechista Agrupación Nacional de Marine Le Pen, pero sólo un vacilante "quizás" a sus rivales de la izquierda y del centro.

Los contornos más tenues de algo parecido a la trayectoria de Keir Starmer en el Reino Unido son visibles mientras Macron se prepara para unir a verdes y Socialistas a su causa, pero no será fácil -y el riesgo es que la fragmentación política se instale cómodamente en la segunda economía de la zona del euro-.