La debilidad de los líderes autoritarios
Gracias al Covid-19, su posición actual es más vulnerable de lo que quieren hacer creer al mundo
El presidente chino Xi Jinping está estrechando el cerco a las grandes tecnológicas, blandiendo los sables en Taiwán y probando misiles hipersónicos en el espacio. El presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan se ha enfrentado a los mercados financieros mundiales y ha amenazado brevemente con echar a embajadores de 10 países. En Moscú, por su parte, el presidente Vladimir Putin trasladó suficientes tropas hacia Ucrania para convencer a los Estados Unidos de que la invasión podría resultar inminente.
Casi dos años después del inicio de una pandemia que ha dejado a muchas democracias tambaleándose, los líderes autoritarios de todo el mundo están poniéndose combativos. No obstante, a pesar de su retórica (a veces triunfante, otras veces beligerante), mucho de lo que hacen estos líderes revela asimismo la vulnerabilidad que les aqueja dentro de sus propias fronteras, pues la pandemia también les ha pasado factura. Muchos de ellos han fracasado a la hora de dar respuesta al Covid-19, de forma tan estrepitosa como sus homólogos de los países democráticos. La mezcla resultante de inseguridad nacional y confianza hacia el exterior es un cóctel que provoca inestabilidad y riesgo.