Las cartas energéticas que juega Putin
La amenaza del presidente ruso de cortar por completo el suministro de energía a Occidente podría convertirse en un arma de doble filo para Rusia
Justo antes de que la Unión Europea anunciara un tope en el precio del gas ruso, Putin amenazó con cortar el suministro si se imponían tales límites, advirtiendo que Occidente se congelaría como la cola del lobo en un famoso cuento de hadas ruso.
Detener los flujos a Europa desde Rusia, el segundo mayor exportador de petróleo del mundo después de Arabia Saudí y el principal exportador de gas natural, probablemente perturbaría aún más los mercados energéticos mundiales y dejaría a la economía mundial enfrentando precios aún más altos.
Alexei Miller, director ejecutivo del gigante del gas controlado por el estado ruso Gazprom, dijo en agosto que los precios del gas en Europa podrían aumentar a 4.000 por mil metros cúbicos, desde alrededor los 2.200 vistos recientemente.
Si la UE sigue con su plan de desvincularse de la energía rusa, también perjudicaría a Rusia.
Limitaciones y riesgos
Un documento de estrategia ruso, debatido por el Gobierno, describe las «limitaciones y riesgos» para el sector energético del conflicto, incluida la subvención efectiva de la energía nacional por parte de clientes internacionales.
«Una reducción en los suministros a los consumidores extranjeros conducirá a un desequilibrio en el sistema, cuando los bajos precios en el mercado interno se compensen con los ingresos por exportaciones», dice el documento, que fue debatido en una reunión a puerta cerrada presidida por el primer ministro Mikhail Mishustin en Moscú, el 30 de agosto.
«Como resultado, es probable que haya escasez de fondos para el necesario desarrollo de la gasificación de las regiones», agrega el documento, titulado «Sobre las direcciones estratégicas de la actividad en las nuevas condiciones para el período hasta 2030».
Si la UE abandona el gas ruso para 2027, los ingresos presupuestarios podrían caer en 400.000 millones de rublos (6.550 millones de dólares) anualmente para 2030, según el documento. Esta parte del documento fue reportada por Bloomberg el 5 de septiembre, aunque los detalles del impacto potencial en el sector energético no han sido informados previamente.
Caída de la inversión en gas
Si Europa rechazara el gas ruso, se produciría una reducción potencial de las exportaciones de gas de más de 100.000 millones de metros cúbicos al año para 2027, casi la mitad de las exportaciones totales en 2021, según el documento.
Como resultado, la inversión en el sector del gas durante ocho años hasta 2030 se reduciría en el equivalente a alrededor de 41.000 millones. El Kremlin dijo que no tenía nada que agregar a los comentarios de Putin.
La venta de petróleo y gas a Europa ha sido una de las principales fuentes de ingresos de divisas rusas desde que los geólogos soviéticos encontraron petróleo y gas en los pantanos de Siberia en las décadas posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Y desde que Boris Yeltsin le entregó a Putin los códigos nucleares el último día de 1999, el exespía de la KGB ha tratado de usar sus ases de la energía para recuperar algo de la influencia que Rusia perdió cuando la Unión Soviética se derrumbó en 1991.
Encerrado en una confrontación con Occidente por Ucrania, Putin está jugando sus cartas energéticas nuevamente, una palanca que Moscú puede usar contra un sistema financiero global dominado por los Estados Unidos.
Un nuevo camino
Dice que Rusia había ganado, no perdido, con el conflicto porque se estaba embarcando en un nuevo camino.
Putin, que cumplirá 70 años en octubre, ha dicho en repetidas ocasiones que si Europa no quiere comprar petróleo y gas rusos, o si trata de limitar los precios, entonces Rusia redirigirá sus vastos suministros hacia potencias asiáticas como China y India.
Pero para hacerlo, Rusia necesitaría acelerar la construcción de sus oleoductos hacia el este, dice el documento.
«Power of Siberia 1» es el único gran gasoducto ruso hacia China. Se espera que entregue 16.000 millones de metros cúbicos en 2022, el 11 por ciento de lo que Rusia suele exportar a Europa cada año.
Y «Power of Siberia 2» a China, desde los campos de gas Bovanenkovo y Kharasavey en Yamal, aún no se ha completado.
Si Europa puede encontrar alternativas a la energía rusa, Moscú se enfrenta a desafíos considerables.
Escenario negativo
«En el escenario más negativo, se espera que para 2027 los países europeos puedan abandonar por completo el petróleo ruso», dice el documento, con el oleoducto de Druzhba y los puertos del Báltico gravemente afectados.
Druzhba, que significa «amistad» en ruso, bombeó 36 millones de toneladas de petróleo el año pasado, mientras que los puertos del Báltico manejaron entre 60 y 80 millones de toneladas de petróleo crudo anualmente en 2019-2021.
«Los viejos desafíos asociados con el aumento en el costo de producción como resultado de la complicación de la extracción de petróleo y el aumento en la participación de reservas difíciles de recuperar se complementarán con los crecientes costos de reorientación de los flujos de exportación y una mayor demanda de la flota de petroleros».
Putin siempre ha tratado de usar sus ases de la energía para recuperar la influencia perdida de Rusia
Aislado de la tecnología occidental, el sector energético ruso enfrentaría decisiones difíciles, especialmente cuando se trata de gas natural licuado (GNL), petróleo y refinación de petróleo. «La retirada de socios tecnológicos de los proyectos de producción de GNL cambiará el momento de la puesta en marcha de nuevas capacidades», dice el documento.
Reducción de las exportaciones
A medida que Rusia se apresura a ajustarse, podría haber una reducción de las exportaciones de productos derivados del petróleo en casi un 55 por ciento hasta los niveles de 2021, o en 80 millones de toneladas, lo que a su vez provocaría una caída en la refinación de un 25-30 por ciento y dificultades para garantizar suficiente producción de gasolina para el mercado interno, lo que provocó un alza en los precios de los combustibles, según el documento.
Y aunque a Gazprom le ha ido bien en los últimos meses, con una ganancia récord de 2,5 billones de rublos en los primeros seis meses de 2022, enfrenta decisiones difíciles a largo plazo.
Con alrededor del 15 por ciento de las reservas mundiales de gas y el 68 por ciento de las rusas, la compañía de gas natural más grande del mundo por reservas podría tener que congelar pozos o quemar gas, anunciaron los analistas.