Aviso al IBEX: el sueldo del primer ejecutivo puntúa en gobernanza
Los sueldos de las cúpulas del IBEX son materia de controversia en las juntas. El del presidente-consejero delegado va a estar sometido a un mayor escrutinio
La política retributiva es una de las cuestiones que suele generar más controversia durante las juntas. El año pasado algunos grandes accionistas del IBEX como BlackRock, mostraron su desacuerdo a muchas de sus políticas de retribución, y este mayor escrutinio es una tendencia que va a ir a más.
ISS, el mayor asesor de voto del mundo y que también elabora índices y rating ESG, ha avanzado esta semana una revisión de la metodología a aplicar en las revisiones de su nota de calidad de gobernanza, que se comenzará a calcular en el último trimestre de este año o a principios de 2023. Una de las novedades son cambios en el 'CEO Pay Benchmarking'.
En su nueva metodología, ISS será especialmente incisivo a la hora de valorar si la retribución del primer ejecutivo de la compañía está alineada con la generación de valor.
Asimismo, tendrá en cuenta factores como la transparencia en la medición del impacto climático, que los sueldos incluyan objetivos ligados a compromisos medioambientales a corto y a medio plazo, o el grado de apoyo a las iniciativas climáticas que presenten los accionistas (algunas veces son rechazadas por los consejos, como en un principio, por ejemplo, sucedió con AENA).
Los sueldos, ¿están justificados?
La política de remuneraciones de los principales ejecutivos y de los consejos es uno de los temas que de forma recurrente plantean controversia en las juntas de accionistas.
En España (la normativa es distinta en cada país), las cotizadas votan dos documento. Por una parte, el informe de retribuciones, que incluye los salarios abonados en último ejercicio cerrado (en las juntas de 2022 serán los de 2021). Por la otra, y si toca, el plan de remuneraciones para los próximos ejercicios.
El primero normalmente es consultivo, por lo que su rechazo no obliga a la compañía a aplicar cambios (aunque lo lógico sería que fuera sensible y planteara alguna modificación cuando la proporción de 'noes' sea amplia). El segundo sí puede ser rechazado por la junta y la empresa se vería obligada a plantear una nueva hoja de ruta en remuneraciones.
En la temporada de 2021, la proporción de capital que se opuso al informe de retribuciones aumentó respecto a 2020 entre todos los pesos pesados del IBEX (véase gráfico superior) y en el conjunto de las juntas (el apoyo medio al informe de retribuciones fue dele 85,2 por ciento; menos en el año anterior, de acuerdo con Morrow Sodali).
Además, por primera vez en años, se rechazó un informe de retribuciones, como sucedió en el caso de Amadeus.
Un motivo de conflicto en vigor
Esta temporada no parece que el escrutinio sobre los sueldos de los principales ejecutivos y el consejo del IBEX vaya a decaer. Más allá del debate político (la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ya ha recordado que desde su punto de vista los sueldos de los principales directivos del Ibex son "obscenos"), los proxy están advirtiendo que no pasarán por alto aquellos puntos del orden del día en el que los accionistas demuestran un claro rechazo a las propuestas del consejo.
En concreto, en su actualización de sus políticas de voto para 2022, Glass Lewis advertía que podría penalizar a aquellas empresas que no tomaran algún tipo de media cuando una de las propuestas del consejo fuera rechazada por al menos un 20 por ciento del capital (una oposición del 10 por ciento ya se considera elevada).
Además de algunos informes de remuneraciones, en la temporada de 2021, varios consejeros sufrieron estas tasas de rechazo. Por ejemplo, Eduardo Serra Rexach (Pharmamar), Enrique Díaz-Tejeiro Gutiérrez (presidente de Solaria) o Francisco José Riberas Mera (consejero independiente de Telefónica).
Mediáticamente, sin embargo, la polémica entorno del sueldo de José Ignacio Goirigolzarri en Caixabank fue uno de los temas estrella. La oposición del FROB a la propuesta -calentada por el fuerte proceso de reducción de empleo que iba a afrontar la compañía- ha creado la expectación de que el banco pueda dar algún paso para corregirlo.
El propio Goirigolzarri explicó durante la presentación de los resultados anuales hace pocos días, que el próximo consejo, en el que se convocará la junta de accionistas, sería el momento para valorar posibles modificaciones.
Para Morrow Sodali, de hecho, reaccionar ante el descontento de los accionistas será una tendencia en las juntas de este año. "Se espera que los consejos de administración acrediten de forma más explícita qué acciones se han llevado a cabo para resolver el descontento significativo de los accionistas en anteriores juntas", avanza.
"En línea con esto, las elecciones de consejeros que sean miembros de comités pueden recibir niveles relevantes de votos en contra si la acción de los comités que integran ha sido considerada como deficiente o negativa", pronostica.
Y las políticas de remuneraciones continuarán en la primera línea de batalla. "Es una preocupación creciente, a la que son muy sensibles tanto los emisores como los accionistas", valora el 'proxy solicitor'.