Bancos y aseguradoras ponen fecha de caducidad al carbón
AXA, HSBC, BBVA o el Santander han dado pasos para reducir su exposición a este sector. La Ley de Cambio Climático obligará a toda la banca española a publicar compromisos claros en 2023
El sector financiero -bancos y aseguradoras- está comenzando a dar pasos adelante en materia de descarbonización y en las últimas semanas varios pesos pesados del sector dan un salto al anunciar sus avances en su ruta hacia las cero emisiones.
Así, la multinacional francesa especializada en seguros y gestión de activos, AXA y la banco británico HSBC han dado habrían dado ese paso en los últimos días. El Banco Santander y BBVA tomaron la misma decisión hace unas semanas, anunciando objetivos concretos respecto a la financiación de empresas que obtienen entre un 10 y un 5% de sus ingresos de este tipo de generación.
La aseguradora francesa habría hecho lo mismo, pero poniendo nombres propios, y no cualquiera. De acuerdo con Bloomberg, AXA habría optado por dejar de trabajar con RWE -cubrir sus riesgos- porque la energética alemana no estaría siendo los suficientemente eficiente a la hora de reducir su huella de carbono.
El veto -aunque AXA no se ha pronunciado oficialmente- también alcanzaría a los proyectos en renovables del gigante alemán.
La presión sobre HSBC es efectiva
Por su parte HSBC ha dado pasos adelante al presentar nuevos compromisos para alinearse con los objetivos del Acuerdo de Paris y reducir su apoyo financiero al carbón. El banco presentará una propuesta a la junta de accionistas, que se celebra el próximo 28 de mayo, después de la presión recibida desde el lobby activista Share Action.
En enero, apoyado por una parte del capital del banco, Share Action reactivaba su campaña de presión contra HSBC -el mayor banco británico- apoyado en accionistas como Amundi o Man Group.
El grupo le exigía compromisos concretos en materia de descarbonización más allá de los anunciados en noviembre. Entonces, solo anunció que esperar lograr cero emisiones en sus propias operaciones y cadena de suministro en 2030 y alcanzar la descarbonización de su cartera en 2050.
Ahora el banco ha dado algunas guías más exactas y dejará de financiar al sector de generación de carbón en Europa en 2030. En el resto del mundo -su presencia en Asia es muy relevante- ese objetivo será efectivo en 2040.
Los antecedentes de AXA
No es la primera vez que AXA adopta un veto hacia las industrias con mayor volumen de emisiones de carbono. En 2017, la aseguradora gala avanzó que, a finales de 2020, dejaría de asegurar minas y plantas de generación de carbón.
Ahora habría dado un paso más al vetar a nombres propios. Este paso, según explica Nicolas Jeanmart, responsable de seguros generales y personales de Insurance Europe, federación europea de seguros nacionales a Bloomberg, es muy significativo.
“Al rechazar una de las mayores empresas de servicios públicos de Europa porque son demasiado dependientes del carbón, Axa ha establecido una importante precedente para sí misma y otras aseguradoras”, declaró Peter Bosshard, director del programa financiero de la organización ambiental sin ánimo de lucro The Sunrise Proyect.
La producción de RWE superaría los límites fijados en las pólizas de AXA
RWE, no obstante, se ha defendido y habría querido destacar que “ya es un líder mundial en el campo de las energías renovables” y que ha conseguido reducir “sus emisiones de CO2 en 90 millones de toneladas desde el 2012”.
De acuerdo con los contratos de AXA, no puede cubrir a compañías que producen más de 20 millones de toneladas de carbón al año.
En 2020, RWE extrajo 65 millones de toneladas y su capacidad instalada de carbón superó los 10 gigavatios -que representa el 25% de la capacidad total de la energía- según muestran los documentos presentados por la propia empresa.
Otras aseguradoras, como Allianz y Zurich, también estarían dando pasos similares.
El Santander, BBVA y la Ley del Cambio Climático
El mercado está pidiendo cada vez más visibilidad sobre la hoja de ruta hacia la descarbonización de las grandes empresas. La reentrada de Estados Unidos en el Acuerdo de París y la cercanía del COP-26 está creando un caldo de cultivo de presión para que las empresas den a conocer objetivos claros.
La regulación también está empujando esta 'transparencia'. Hace unas semanas, Santander anunció su ‘ambición’ de convertirse en cero emisiones en 2050 tras dejar de financiar a las minas a la generación eléctrica intensiva en carbón y, posteriormente -septiembre de 2022-, publicará objetivos de descarbonización para sectores como el petróleo y gas, transporte y minería o siderometalurgia.
Y hace pocos días el BBVA anunciaba que dejaría de financiar a empresas vinculadas al carbón cuyas actividades representen más del 5% de sus ingresos antes de 2030 en los países desarrollados.
No van a ser los únicos bancos españoles en dar este paso. Independientemente de la presión de la industria de la inversión, que ella misma está asumiendo compromisos de descarbonización en sus carteras, y de la presión regulatoria europea, la Ley de Cambio Climático española va a obligar a todo el sector financiero español a publicar metas concretas.
Así, a partir del año 2023, las entidades de crédito deberán difundir «objetivos específicos de descarbonización de su cartera de préstamo e inversión alineados con el Acuerdo de París», explica Pablo Vañó, socio de FS Consulting de KPMG en España, en el número de marzo de la revista SOCIAL INVESTOR.
La Ley de Cambio Climático obligará a la banca a anunciar objetivos de descarbonización claros en 2023
Aunque el articulado final puede cambiar durante la tramitación parlamentaria, estas obligaciones se referirían tanto a los préstamos (a empresas, hipotecas o crédito al consumo), como a las inversiones. Teóricamente, por ejemplo, afectarían a las posiciones inmobiliarias. Y ningún banco estará exento.
Así, afectará tanto a las entidades que supervisa directamente el Banco Central Europeo (BCE) -entre ellas todas las del IBEX-, como a las de menor tamaño, que se encuentran bajo la auditoría directa del Banco de España.
Estas no serán las únicas ‘obligaciones’ medioambientales del sector financiero derivadas de Ley de Cambio Climático y Transición Energética.
Un año antes, y con carácter anual, los bancos y las aseguradoras deberán publicar «una evaluación del impacto financiero sobre la sociedad de los riesgos asociados al cambio climático generados por la exposición a éste de su actividad, incluyendo los riesgos de la transición hacia una economía sostenible y las medidas que se adopten para hacer frente a dichos riesgos», recuerda Pablo Vañó.