Telefónica, Vodafone, Orange y Másmovil entran en una batalla ESG con ratings incomparables
Los cuatro grandes operadores de telecomunicaciones en España cuentan con ratings ESG, pero su comparativa es compleja, puesto que ninguna de las calificaciones recibidas se repite en todos los casos
Dentro de un sector de las telecomunicaciones en plena convulsión por la guerra comercial entre operadores móviles y por la reestructuración que puede sufrir el mismo con la fusión entre Orange y Másmovil, existe una batalla ESG que se está librando más alejada de los focos, y en la que no están claras las reglas del juego.
Y es que, en este esfuerzo de las empresas por cautivar a los inversores dispuestos a premiar la sostenibilidad, los operadores móviles con presencia en España se están sometiendo a una evaluación de sus prácticas de gobernanza, de cuidado del medio ambiente, y de la sociedad.
Así ocurrió esta misma semana con Másmovil, por ejemplo, que recibió una nota en relación con sus prácticas ESG de parte de Fitch, y también sucedió anteriormente con Telefónica, que en febrero escaló posiciones en el Índice Bloomberg de Igualdad de Género, gracias a su estrategia de inclusión y diversidad.
El problema es que la falta de estandarización de estos ratings ESG hace difícil comparar qué empresas son realmente más sostenibles dentro del sector de las telecomunicaciones. Y este problema, por tanto, obliga a hacer un ejercicio de análisis entre metodologías de evaluación que difieren en los aspectos que califican.
El nuevo frente de batalla ESG abierto por Másmovil
Másmovil obtuvo esta misma semana de parte de Fitch un rating ESG de 77 puntos sobre 100 posibles, situándose así en el segundo escalón de los cinco posibles dentro de la pirámide de calificación ideada por la agencia calificadora.
Según apuntó Fitch en su informe sobre Másmovil, esta calificación reflejaba "los buenos resultados del grupo en materia de ESG, así como la integración de las consideraciones ESG en su estrategia y gestión", y respondía también a iniciativas específicas de la empresa, como la de desplegar redes "en zonas rurales e insuficientemente atendidas".
De acuerdo a Másmovil, mientras tanto, esto le convertía en la compañía con el ranking ESG más alto asignado por Fitch, dentro del sector de las telecomunicaciones europeas.
La cuestión, no obstante, es que Fitch no dispone de informes públicos de otros operadores europeos, y en el caso de las grandes empresas con presencia en España — Telefónica, Vodafone y Orange —, las empresas tampoco incluyen el rating ESG de Fitch dentro de su listado de evaluaciones accesibles para los inversores.
Contrastar el desempeño de estos cuatro operadores en cuestión de sostenibilidad, en consecuencia, obliga a una comparativa en la que es imposible ceñirse por el mismo rating para todas ellos.
Un escenario que se produce porque Másmovil se sometió a evaluación ESG de parte de S&P y Fitch, mientras que Telefónica, por ejemplo, lo hizo de S&P, MSCI, y de otras agencias emergentes en este campo, como Sustainalytics o ISS ESG.
Vodafone, mientras tanto, también cuenta con calificación de parte de MSCI, así como de ISS ESG y Sustainalytics, pero no de S&P.
Orange, por último, apunta en su web que "figura entre el 1 por ciento de las empresas más ecorresponsables según EcoVadis", pero no dispone de informes públicos sobre evaluaciones de otras agencias, como S&P, Fitch, o MSCI.
Qué empuja a escoger una agencia evaluadora u otra
Según explicó Másmovil a Social Investor, y confirmó Fitch posteriormente, el rating ESG asignado a la compañía se hizo público porque la compañía solicitó esta evaluación previamente.
"La de Másmovil es una calificación solicitada, la llevamos a cabo y la hicimos pública por mandato de la empresa, y trataremos a otras empresas del mismo modo: cuando se nos encomiende, interactuaremos con ellas y lo haremos público. También cubrimos otras empresas sin mandato, pero (sus informes) solo estarán disponibles para los inversores abonados al servicio", explicaron desde Fitch.
Desde Másmovil, asimismo, detallaron que, "como todo rating que se precie, hay que pagarlo, y así asegurarse que la agencia dedica tiempo a un análisis en detalle", puesto que "hay ratings que inicia la agencia por sí misma, los llamados unsolicited, que por ser rápidos y sin detalle ni consulta con la compañía, tienen mucho menos valor".
La empresa, por otro lado, apuntó que el motivo para contar con evaluaciones tanto de S&P como de Fitch es que les permite "tener una visión más amplia, dada por varios especialistas", y señaló que valoraban muy positivamente las evaluaciones recibidas porque le sitúan "a la cabeza de las empresas de telecomunicaciones en Europa".
Una posición que, además, les "baja el coste de la financiación, cuyo margen estaba sujeto a la evolución del rating ESG".
Desde Telefónica, en cambio, aseguraron que no encargan las evaluaciones a las agencias calificadoras, y expresaron que, en su opinión, el impacto y la relevancia de estas calificaciones "depende de la casa de rating", puesto que, "cada vez más, vemos que los inversores están formando su opinión directamente, aunque consultan los ratings de los analistas".
Vodafone, y Orange, entretanto, no habían dado respuesta a las peticiones de comentarios por parte de este medio, al cierre de su edición.
Las llamadas a una estandarización de los ratings ESG
Esta disparidad generalizada en la emisión y asignación de ratings ESG supone una problemática que los expertos del mercado llevan tiempo denunciando, y ante la que exigen una estandarización de las evaluaciones que ofrezca más transparencia a los inversores.
Desde Deloitte, por ejemplo, apuntaron en un informe sobre los ratings ESG que "no existe una metodología única para analizar los datos utilizados por las agencias de calificación", y que, en la actualidad, "hay más de 600 agencias que operan en el mercado y que a menudo emiten calificaciones diferentes sobre la misma entidad".
Por lo tanto, señalaron desde la consultora, "muchos inversores suscriben y utilizan varias fuentes de datos a este respecto".
En este sentido, el socio director de Transcendent, Angel Pérez Agenjo, afirmó que “para la consolidación de los ratings ESG como fundamento de la inversión responsable, es necesario avanzar en la regulación y apoyar las iniciativas en marcha en torno a la estandarización de las evaluaciones ESG”.