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Biden se suma a Francia y Reino Unido en su defensa de la energía nuclear como pilar de la transición verde

La Comisión Europea aún tiene pendiente decidir si la nuclear formará parte de la taxonomía de actividades consideradas sostenibles

Central Nuclear, imagen de Unsplash

Central Nuclear, imagen de Unsplash

Central Nuclear, imagen de Unsplash

No hay tiempo para acelerar tanto con las renovables como para que estas sustituyan a corto plazo toda la producción energética que, actualmente, se consigue a través de las centrales nucleares. Esta es la conclusión que acaba de hacer pública el Gobierno Joe Biden, en pleno proceso de transformación para alinear la economía y el modelo industrial estadounidense con las exigencias de reducción de emisiones contaminantes. 

Así lo ha reconocido la asesora nacional sobre el Clima de la Casa Blanca, Gina McCarthy, quien ha asumido que las centrales nucleares van a ser clave para conseguir esos objetivos de reducción de emisiones.

“En muchas zonas, la continuidad de la existente energía nuclear, siempre que esté permitida y sea medioambientalmente razonable, va a seguir siendo absolutamente esencial”, ha reconocido la asesora de Biden durante una jornada sobre energía organizada por la Universidad de Columbia.

Una necesidad que viene requerida, indicó, por la exigencia de dar tiempo a las renovables (fotovoltaica, eólica terrestre y marina…) a acelerar su desarrollo y que estas puedan tener un mayor peso en el mix energético, sobre todo gracias a los desarrollos clave que se prevén de cara a los próximos años, como el que va a llevar a cabo Iberdrola frente a las costas del Estado de Massachusetts.

McCarthy argumentó que la nuclear es un sistema muy estable, en el que no hay intermitencias. En eso difiere de lo que ocurre con las renovables, que dependen de las condiciones climatológicas. Más aún, dado que los reactores nucleares funcionan de forma continuada y no se pueden apagar, salvo en las paradas técnicas por su mantenimiento.

Un parque nuclear extenso y antiguo

Actualmente, Estados Unidos cuenta con el mayor parque nuclear del mundo. Suma 94 reactores operativos, distribuidos en 56 plantas repartidas en 28 Estados. Como comparación, el país europeo con más centrales es Francia -y firme defensor de la nuclear- que cuenta con 56 reactores.

Pero, en el caso de Estados Unidos, su parque es relativamente antiguo, con una vida media de 39 años. Su planta más joven data de 2016. Se trata de la instalación de Watts Bar Unit 2, situada en Tennessee.

De esta forma, las nucleares estadounidenses seguirán operando, aunque de momento no está claro si se contemplan o no nuevas plantas nucleares.

Una renovación de instalaciones que sí tiene por delante Reino Unido. De hecho, su primer ministro Boris Johnson ya ha anunciado que construirá una central antes de que acabe su mandato y que la nuclear va a ser un pilar estratégico la descarbonización que el país tiene por delante.

Hay que recordar que, hace sólo unas semanas, Joe Biden se comprometió en la Cumbre del Clima -Virtual- que organizó la Casa Blanca a poner su país metas más ambiciosas en descarbonización, tras el frenazo a la política climática impuesto por la Administración Trump.

En concreto, EEUU aspira a reducir las emisiones en entre un 50% y un 52% en 2030 y en comparación con 2005. Una meta que no es comparable con la de la Unión Europea, que aspira a una reducción del 55% en ese mismo año pero tomando como partida los niveles que se alcanzaban en 1990. 

Precisamente, la Comisión Europea tiene pendiente decidir qué va a hacer con la nuclear, si la incluirá o no en la taxonomía de actividades consideradas sostenibles. Hace solo un mes, el Ejecutivo comunitario publicó su primera taxonomía de la que, de entrada, dejó en ‘a la espera’ dos de las actividades más polémicas: el gas y la nuclear

De momento, está en revisión un informe del Centro Común de Investigación (CCI) sobre los daños de la nuclear, que, si bien es cierto que no emite gases con efecto invernadero, tampoco puede considerarse inocua para el medio ambiente, por los residuos que genera, pero que es vital para potencias europeas como Francia.

Habrá que esperar alrededor -previsiblemente- de un mes para conocer la opinión del grupo de expertos independientes que está analizando esta materia y sobre el que tendrá que pronunciarse la Comisión Europea.

La situación de las nucleares en España

Mientras, en España, el calendario de ‘apagado’ de las nucleares ya está diseñado. La previsión del Gobierno, recogida en la Ley de Cambio Climático, es ir apostando por un modelo energético donde dominen las renovables y que, al finalizar la presente década la generación del sistema eléctrico sea, como mínimo, en un 74% 'verde'.

Con esa previsión, las nucleares tendrán que dejar de operar entre 2027 y 2035 y ya habrá renovable suficiente como para permitirlo.

España, actualmente, cuenta con cinco centrales nucleares, aunque dos de ellas disponen de dos reactores cada una (Almaraz y Ascó).

En total, suman una potencia eléctrica instalada de 7.398,77 MW, según datos del Ministerio para la Transición Ecológica.

Y aunque tengan su fecha de cierre más cerca, no significa que no sigan renovando sus permisos. La central valenciana de Cofrentes, para la que está previsto su cierre en 2030, acaba de renovar este mes de marzo sus autorizaciones para seguir operando.

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