Bruselas aviva la escalada de los ETF de uranio
Tras un 2021 excelente, la Comisión Europea regala nuevas subidas a estos productos, que se benefician de la posible inclusión de la energía nuclear en la taxonomía verde
La propuesta de la Comisión Europea para incluir la energía nuclear en la taxonomía ‘verde’ comunitaria está beneficiando a los inversores en fondos cotizados relacionados.
Nortshore Global Uranium Mining y Global X Uranium, dos de los mayores ETFs que replican el uranio -base principal de la energía nuclear- prolongan en las primeras sesiones del nuevo año el buen rendimiento que ofrecieron el pasado ejercicio.
El primero se revalorizó un 68 por ciento en 2021, mientras que el segundo hizo lo propio y subió un 48 por ciento. Ahora, apenas unas pocas sesiones bursátiles desde el comienzo de 2022, suman fuertes subidas impulsados no solo por Bruselas, sino también por la respuesta en otras regiones en favor de la energía nuclear.
Subidas a doble dígito
El anuncio de la Comisión Europea llegó en los últimos compases del pasado ejercicio.
Pese a que la propuesta ya se ha encontrado el rechazo de gran parte de los Gobiernos, entre ellos el de España, o que países como Alemania han programado el cierre de la mayoría de sus centrales nucleares para este año, los ETFs recibieron positivamente la noticia.
Nortshore Global Uranium Mining, fundado por el ex del gigante de la banca de inversión Merril Lynch, Tim Rotolo, se disparó un 7,8 por ciento este lunes, en la primera sesión tras el anuncio. En el acumulado de las cuatro primeras sesiones del año, el fondo sube más de un 10 por ciento.
En apenas un día, el fondo captó 200 millones de dólares hasta superar una capitalización bursátil de 360 millones, según los registros de Bloomberg.
Global X Uranium, de mayor tamaño, subió un 6 por ciento el lunes hasta quedar por encima de los 1.700 millones de dólares, mientras que en esta primera semana se revaloriza cerca de otro 10 por ciento.
China y Francia, nuevos motores de la energía nuclear
Bruselas pretende modificar la taxonomía de energías sostenibles para incluir tanto al gas natural como a la nuclear, algo que dejaría un régimen más laxo que el de países como Rusia o China.
El objetivo no solo pasa por la reducción de emisiones de gases contaminantes, fijado en el Pacto Verde comunitario, sino que la nueva guía sirva también de referencia para la inversión en proyectos energéticos más sostenibles.
Dentro del territorio comunitario, la propuesta sí encuentra el respaldo de Ejecutivos como el francés, uno de los mayores productores nucleares del mundo y con cerca de 60 centrales en su geografía.
Pero es en Asia donde se está dando un mayor impulso a la actividad nuclear. China, el tercer país con más reactores tras Estados Unidos y Francia, con un total de 52 plantas, quiere elevar su capacidad instalada de producción energética derivada de la nuclear.
Actualmente cuenta con cerca de 50 gigavatios (GW), y está construyendo otros 14 GW más. El objetivo del Ejecutivo de Xi Jinping es añadir otros 150 GW de capacidad de aquí a 2036.
Al gigante asiático se ha sumado en las últimas fechas otra de las grandes potencias del continente, India, que ve en la energía nuclear una forma de poder cumplir con los objetivos de descarbonización, que en su caso pasan por llegar a la neutralidad de carbono en 2070 y alinearse entonces con los objetivos de emisiones Net Zero.
Así, el país cuenta con más de una veintena de centrales, mientras que otras siete se encuentran en construcción, según los últimos datos del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), dependiente de Naciones Unidas.
Solo Corea del Sur, con 24 reactores, y Japón, con 36, son las únicas potencias asiáticas que superan a la India, aunque este último cuenta con una cartera de proyectos más amplia: Corea, por ejemplo, solo prevé construir otras 4 centrales, según la OIEA; Japón, por el contrario, no tiene planes para añadir ninguna planta más.