Bruselas deja en manos de Francia y Alemania el futuro verde del gas y la nuclear

La Comisión Europea mantiene su propuesta de incluir el gas y la nuclear en la taxonomía sostenible. Ahora serán los gobiernos los que decidan. O son las dos, o ninguna

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea

Ursula Von der Leyen

La Comisión Europea, a pesar de las objeciones de los expertos, ha optado por proponer que el gas y la energía nuclear entren dentro de la taxonomía de actividades sostenibles tal como planteó en su primer borrador.

El documento, presentado este mediodía, tendrá ahora que ser validado por el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo, por lo que la decisión final no se tomará previsiblemente hasta el verano, ya que el proceso puede alargarse hasta seis meses.

La institución que lidera Ursula Von der Leyen presenta un documento que, o sale en su totalidad o no podrá ser rechazado, porque requiere validar la inclusión tanto de una fuente de energía como de la otra.

El voto en contra de la mitad del Parlamento o de 20 países en el Consejo podrían vetar la norma

Es decir, que Francia tendrá que aceptar el gas si quiere desarrollar la nuclear (Macron lo contempla en sus planes económicos), mientras que Alemania se verá obligada a decir que sí a las nucleares si quiere que "ciertos tipos de gas" (no todos son aceptados en el documento) se incluyan en la taxonomía.

La tercera opción sería vetar la normativa, por lo que ambas serían rechazadas. Para que el Consejo Europeo rechazara el documento, tendría que ser vetado por al menos el 72 por ciento de los estados miembros (20 países), que tendrían que representar al 65 por ciento de la población de la UE.

En el Parlamento Europeo se necesitaría una mayoría; es decir, el voto de 353 diputados.

Afecta a fondos y a empresas

La Comisión Europea habría tomado la decisión de dar vida a estas tecnologías para conseguir un documento políticamente viable, según explicaba hace unos días Andrea González, subdirectora general de Spainsif a Social Investor.

Si finalmente se aprueba su inclusión, la taxonomía de actividades europeas de alguna forma se transformará en una taxonomía de transición, aunque la idea es que se vaya revisando a lo largo del tiempo y también podría cambiar a medida que se vayan aprobando otras taxonomías (entre ellas justo la de transición, en la que estaría trabajando la Plataforma de Finanzas Sostenibles).

La inclusión será efectiva desde el 1 de enero de 2023 si se aprueba la normativa

Según explica la Comisión Europea en la documentación presentada este mediodía, si se aprueba el documento, entrará en vigor a partir del 1 de enero de 2023.

Además de la incorporación del gas y la nuclear y de sus condicionantes, la propuesta de acto delegado incluye especificaciones concretas sobre cómo la industria de la gestión de activos y las empresas tendrán que informar sobre su exposición al gas y la energía nuclear a modo de 'test' antigreenwashing.

Limitaciones al gas

El acto delegado presentado por la Comisión no da luz verde a considerar todo el gas como verde. En concreto, para las nuevas plantas que se pongan en funcionamiento, las emisiones deberán estar por debajo de los 100 gramos de CO2/kWh. Para conseguirlo, no obstante, se podrán recurrir a tecnologías como la captura de carbono.

En el caso de las plantas que obtengan permisos de construcción hasta 2030 las emisiones directas tendrán que ser inferiores a los 270g CO2/kW durante 20 años, pero deberán sustituir a otra más contaminante o asegurar que cambiarán a fuentes de energía renovable o bajas en emisiones en 2035.

De hecho, uno de los requisitos para que se puedan poner en marcha nuevas instalaciones que utilicen gas es que sustituyan a otras más contaminantes de combustibles fósiles, por ejemplo, del carbón, y se tendrá en cuenta la capacidad instalada.

En concreto, tanto para calefacción como para generación eléctrica "por cada nueva central de gas natural que se construya, se debe retirar una central de carbón con la misma capacidad para cumplir los criterios técnicos de selección", explica la Comisión Europea.

Puede consultar el Q&A completo aquí.

En el caso de la energía nuclear, además de la gestión de los residuos, la Comisión Europea introduce algunas especificaciones en su propuesta de acto delegado, por ejemplo, en cuestión temporal.

En el caso de las nuevas instalaciones, solo se reconocerán hasta 2045. Para aquellas centrales que se actualicen, los permisos finalizarán en 2040.

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