China usa a Pelosi para descolgarse de la lucha contra el cambio climático
China corta la cooperación en materia de cambio climático con los Estados Unidos tras la visita de Nancy Pelosi a Taiwán
China informó el viernes de la suspensión de su cooperación con los Estados Unidos en la lucha contra el cambio climático, así como en otros asuntos claves como la lucha antiterrorista, o de seguridad marina. Es la respuesta a la visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
A través de un comunicado, el Ejecutivo chino, presidido por Xi Jinping, anunció que, incluyendo la interrupción de las conversaciones sobre el clima, las otras siete medidas se toman en represalia por una acción que entienden como un ataque a su soberanía. E incluyen:
- La cancelación del diálogo con los líderes militares
- La cancelación de la reunión de trabajo con el Departamento de Defensa de EE.UU.
- La cancelación de las reuniones con Estados Unidos sobre seguridad marítima
- La interrupción de la cooperación en materia de lucha contra la delincuencia
- La suspensión de las reuniones de trabajo sobre la repatriación de inmigrantes ilegales
- La suspensión de la cooperación judicial
- La suspensión de la cooperación en materia de lucha contra la droga
El Ministerio de Asuntos Exteriores chino, asimismo, anunció sanciones no especificadas contra Pelosi y su familia, afirmando que la política estadounidense había ignorado las graves preocupaciones de China y su decidida oposición a su visita, calificando su visita a Taiwán como una provocación.
De forma paralela, China lanzó unas agresivas maniobras militares frente a Taiwán. Desde la costa, los turistas chinos podían ver y oír a los aviones de combate sobrevolando la zona.
La doble moral china respecto al cambio climático
El compromiso de China en la lucha contra el cambio climático lleva estando bajo la lupa desde el primer momento en que la nación asiática dio sus primeros pasos de cooperación.
Si bien China firmó un acuerdo con los Estados Unidos en 2014 que allanó el camino para el Acuerdo de París -se adoptó un año después- la acción real de la industria china para llevar a cabo los acuerdos alcanzados siempre estuvo en duda.
En 2020, por ejemplo, Xi declaró ante la Asamblea General de la ONU en Nueva York que China alcanzaría el punto máximo de emisiones en esta década y lograría las emisiones netas cero en 2060.
De conseguirlo, el calentamiento global podría disminuir entre 0,2 y 0,3 grados.
Pero a medida que la importancia de China en los esfuerzos internacionales por el clima crecía, el pensamiento de Pekín sobre el tema se volvió cada vez más opaco, y durante la COP 26 celebrada este año, por ejemplo, Xi Jinping dio un portazo a sus anteriores muestras de interés por participar en la lucha global contra el cambio climático.
El presidente chino aprovechó la ocasión para romper su silencio medioambiental y replantearse sus propios compromisos, explicando que los esfuerzos para lograr los objetivos climáticos de China deben trabajar en conjunto con los otros del gobierno, y que tienen que estar de acuerdo con los objetivos económicos.
En este sentido, señaló que los objetivos de carbono de la nación no deberían chocar con otras prioridades, que incluyen asegurar suministros adecuados de alimentos, energía y materiales “para asegurar la vida normal de las masas”.
Ahora, Xi Jinping aprovecha una nueva sacudida diplomática para cortar relaciones con Estados Unidos, dejando en palabras vacías su compromiso con el clima. Al menos, hasta nuevo aviso.