China rechaza la medida estrella del plan climático europeo
El gigante asiático considera que el Carbon Border Adjustment Mechanism de la UE violaría los principios de la OMC
Se avecinan tormentas en la geopolítica mundial. El motivo: la intención de la Unión Europea de poner en marcha el Carbon Border Adjustment Mechanism (CBAM). Es decir, gravar las importaciones de aquellas industrias que aprovechan la ventaja competitiva de estar instaladas en países con regulaciones climáticas más laxas en materia de emisiones de carbono.
Es una de las medidas esenciales del plan ‘Fit for 55’, que la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, anunció hace menos de dos semanas y que, de momento, sólo es una declaración de intenciones porque quedan por delante largos meses de negociación legislativa en el seno de la Unión Europea.
"El CBAM es esencialmente una medida unilateral para extender el tema del cambio climático al sector comercial. Viola los principios de la Organización Mundial de Comercio", ha asegurado en declaraciones a medios de comunicación locales Liu Youbin, portavoz del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente.
Golpe a las economías en desarrollo
"Socavará seriamente la confianza mutua en la comunidad global y las perspectivas de crecimiento económico", aseguró el representante del Ejecutivo chino en declaraciones recogidas por Reuters.
En su opinión, la medida propuesta por la Comisión Europea dañaría especialmente a países con economías en desarrollo, a las que golpearía esta tarifa por reducir su capacidad de crecimiento vía exportaciones.
China ha enfocado el mercado de emisiones de carbono de forma interna. Con sólo unas jornadas de recorrido desde que echó a andar, este mercado no sería suficiente para corregir la situación en la mayor potencia económica de Asia.
Como explicó este viernes SOCIAL INVESTOR, en la primera semana de operaciones del parqué chino de carbono, la principal operación cruzada correspondió a la petrolera Sinopec, a un previo equivalente a los 8,42 dólares.
Una valoración que está muy lejos de los niveles a los que se mueven los mercados occidentales.
En este sentido, según un informe del Banco Mundial, se necesitaría que los precios estén por encima de los 40 dólares para que tengan un efecto disuasorio entre las compañías, en cuanto a sus emisiones de gases con efecto invernadero, y prefieran invertir en políticas efectivas de descarbonización.
De esta forma, China sería uno de los países a los que más afectaría el Carbon Border Adjustment Mechanism por su propia estructura industrial y por el alto peso que tienen sectores considerados altos contaminantes, como el del cemento y el del acero.
A la espera de un movimiento en EEUU
La Unión Europea no es ajena a la tormenta geopolítica que se avecina por este mecanismo en frontera y, por ello, no habla de gravar a importaciones de países, sino de sectores. Además, está por ver si otras potencias económicas, como Estados Unidos o Reino Unido, dan pasos en la misma dirección, con sus propios mecanismos.
Una suma de fuerzas que actuaría como escudo ante terceros países y serviría de refuerzo diplomático, por ejemplo, ante un posible coche de opiniones en la Organización Mundial de Comercio.
De momento, en Estados Unidos, no hay una propuesta definitiva, pero sí una exigencia por parte de senadores demócratas que instan a poner en marcha mecanismos en frontera que permitan ingresar hasta 16.000 millones de dólares a partir de importaciones no sólo de China, sino también de países con industrias altamente contaminantes.
Hasta la fecha, la Casa Blanca de Joe Biden ha respaldado públicamente esta propuesta, pero queda pendiente cómo se va a traducir en una medida legislativa concreta ante las Cámaras (Senado y Congreso), que cuente con un respaldo mayoritario, o si formará parte de los futuros presupuestos de Estados Unidos.