Chris Hohn supera el 3% de Cellnex y ya tiene la llave para repetir su estrategia en AENA

El inversor ya podría pelear por la adhesión de la española a 'Say on Climate' y puede tener aliados, porque en el capital de la 'teleco' han aumentado los accionistas 'sensibles' a la sostenibilidad

Tobías Martinez, consejero delegado de Cellnex

Tobías Martinez, consejero delegado de Cellnex

Paso a paso, el inversor activista Chris Hohn se está haciendo fuerte en el capital de Cellnex, el gestor de infraestructuras de telecomunicaciones. Como representante de The Children’s Investment Fund (TCI) ya supera el 3% de los derechos políticos.

Esta participación, según figura en los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) se construye mayoritariamente a través de instrumentos financieros, el grueso de la inversión, que representan un 2,9% de Cellnex. Pero, también, un 0,185% correspondiente a derechos de voto atribuidos a acciones, que se acaba de conocer.

Este esquema deja la inversión de Hohn en Cellnex en un 3,151%, según datos a cierre de este jueves. Un porcentaje que no es baladí. Superar el 3% del capital de una empresa es clave por ser el límite establecido, como participación considerada estratégica, que da poder para, por ejemplo, introducir puntos del día en las juntas de accionistas.

Es decir, si este inversor activista quisiera presionar para que la junta de Cellnex votara la inclusión de objetivos de sostenibilidad -como en AENA- ya podría, e incluso convocar una junta.

El movimiento activista de Hohn

El asalto, sin embargo, no parece que pueda ser a corto plazo porque Cellnex ya celebró a finales de marzo su junta anual de accionistas. Así, salvo que se realicen convocatorias inesperadas, podríamos tener que esperar cerca de un año para ver si el gestor de infraestructuras se ‘suma’ al movimiento ‘Say on Climate’ del que forma parte The Children’s Investment Fund.

Con esta acción global, Hohn y la firma que representa aspiran a acelerar la actuación en favor de la transición climática de cientos de cotizadas: que no sólo hablen de promesas hacia un menor impacto corporativo en el medio ambiente, sino que implementen prácticas efectivas y sobre un calendario realista.

Si lo hace en Cellnex no sería un movimiento inesperado dado que eso es, precisamente, lo que impulsó Hohn en Aena. En el gestor de aeropuertos controlados por el Estado exigió compromisos tangibles con la reducción de emisiones que se han traducido, por ejemplo, en un incremento del uso de energía fotovoltaica en los propios aeropuertos.

La compañía presidida por Maurici Lucena también se ha convertido en la primera cotizada española que ha incluido el compromiso de luchar contra el cambio climático en sus propios estatutos. Y, en la junta de este año, ha presentado su primer plan climático para los próximos ejercicios.

Algo similar ha ocurrido con Ferrovial, que se ha ‘puesto la venda’ ante el activismo de Hohn y este año ha acelerado en sostenibilidad sin que haya habido presiones directas por parte del activista o, al menos, no hayan trascendido.

En su caso, aún no hay un plan de sostenibilidad para el futuro más inmediato, pero sí una estrategia de reducción de emisiones que aprobó la última junta de accionistas. En concreto, la compañía presidida por Rafael del Pino se ha comprometido a lograr una reducción de emisiones de CO2 del 17% en 2024 y del 35,3% en 2030. Dejando para 2050 la neutralidad completa.

Hay que recordar que en Ferrovial, The Children’s Investment Fund cuenta con una participación del 5% que, en el caso de Aena es más reducida, ya que se sitúa en el 3,6%, no muy lejos de los niveles que presenta en Cellnex, según figura en los registros de la CNMV.

Un accionariado con perfil ESG

En el caso del gestor de torres de telecomunicaciones, The Children’s Investment Fund, además, no está solo. Se trata de un accionariado muy atomizado, más aún tras la última ampliación de capital de 7.000 millones de euros.

En él, dado el movimiento de salida de Edizione -el brazo inversor de la familia Benetton- no hay inversores con participaciones que superen el 10% del capital. En cambio, sí hay inversores institucionales de renombre que exigen compromisos ESG, como la firma noruega Norges Bank, Canada Pension Plan Investment o el fondo soberano de Singapur, GIC

Este último se sumó a finales del pasado año a Climate Action 100+, una de las principales alianzas de firmas de inversión que buscan reducir el impacto en emisiones de grandes compañías. 

La hoja de ruta en sostenibilidad de Cellnex

Veremos si estos inversores incrementan su presión en pro de la sostenibilidad hacia la compañía dirigida por Tobías Martínez. De momento, Cellnex ha dado pasos pero aún le quedan compromisos por concretar, sobre todo en lo relativo a la reducción de emisiones. 

El pasado año, la multinacional española dio por concluido su Plan Director de RSC 2016-2020. Y, este año, ha dejado atrás el concepto de la responsabilidad social corporativa para adentrarse en el más amplio de la ESG (Environmental, Social & Corporate Governance).

En este Master Plan ESG 2021-2025, hay compromisos en cuanto al uso de renovables, pero aún no hay una hoja de ruta en cuanto a la reducción del impacto en carbono.

La compañía ha indicado que aspira a que el 40% del consumo de energía del grupo sea verde en 2021 y alcanzar el 100% en 2025.

En cambio, en cuanto a su huella de carbono, indica que es uno de sus próximos pasos en este 2021, y que está trazando ese objetivo como miembro de la iniciativa Science-based Target. En concreto, indica a SOCIAL INVESTOR, está a la espera de que esta iniciativa valide esas metas y, entonces, la compañía las apruebe formalmente. Ahora, con la presencia de Hohn en el accionariado, la exigencia de acelerar en el calendario será más alta.

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