Citi acepta el desafío del movimiento Black Lives Matters
La brecha salarial racial se ha convertido en una de las temáticas clave del activismo social en Estados Unidos. La gran banca de Wall Street comienza a reaccionar midiéndola y tratando de romper la brecha financiera
Citigroup se convirtió en noviembre en el primer banco de Wall Street en superar los 1.000 millones de dólares invertidos en estrategias para romper la brecha racial en los Estados Unidos.
El banco lanzó en septiembre de 2020 su iniciativa Action for Racial Equity, una serie de actuaciones sustentada en cuatro pilares para las comunidades afectadas por la discrimnación racial : promover un mayor acceso a la banca y al crédito; aumentar la inversión en sus negocios; expandir la vivienda asequible y promover prácticas antirracistas en empresas y en la industria financiera.
La estrategia, lanzada hasta 2023, se alinea con el movimiento Black Lives Matter, y pone de relieve la mayor importancia que se da entre las compañías estadounidenses a las cuestiones raciales.
Cada vez son más las empresas norteamericanas que incluyen políticas o tratan de arrojar algo más de transparencia sobre la posible brecha racial que pueda existir a nivel interno, mientras que en la mayoría de países de Europa es aún un tema incipiente. Especialmente por las dificultades que encuentran a la hora de aplicar la política de datos europea, mucho más restrictiva que la norteamericana a la hora de analizar este tipo de cuestiones.
Los primeros movimientos en este sentido se dieron precisamente entre empresas de la City de Londres, más implicadas en cuestiones de Gobierno corporativo, y que ya promueven una mayor pluralidad racial entre sus Consejos.
Los objetivos de Citi: más de 500 millones en vivienda
La estrategia de Citi, sin embargo, se enmarca más dentro de lo social. Los objetivos del banco hasta 2023 contemplan invertir 550 millones de dólares -más de la mitad de lo que ya ha destinado- en apoyar la compra de vivienda para personas negras.
Otros 350 millones están orientados a ofrecerle a la comunidad negra oportunidades de negocios comerciales, que se completarían con otros 50 millones destinados en capital de inversión.
El banco anunció en noviembre que otros 200 millones estarán enfocados en apoyar las instituciones de depósito minoritarias (MDI, por sus siglas en inglés) y en subvenciones de la Fundación Citi.
“Estamos enfrentándonos al desafío de ayudar a cerrar la brecha de riqueza racial”, explicó Jane Fraser, directora ejecutiva de Citi. “Aún queda mucho trabajo por hacer para promover las prácticas antirracistas tanto dentro de nuestra firma como en toda la industria”, añadió.
“La falta de oportunidades de generación de riqueza y acceso a viviendas asequibles continúa plagando a nuestras comunidades”, explicó Kase Lawal, presidente de Unity National Bank, uno de los bancos que participa en la cofinaciación de los proyectos de Citi.
“Nuestra misión es crear un acceso equitativo al capital para ayudar a llenar ese vacío”, dijo.
Según el informe GPS elaborado por Citi, cerrar la brecha racial en cuestiones como el acceso a la vivienda, las inversiones o la educación repercutiría en un aporte al producto interior bruto (PIB) estadounidense de 5 billones de dólares en cinco años, mientras que se podrían incorporar más de 6 millones de empleos anuales.
Transparencia: una de las claves para el activismo
Tanto inversores como activistas reclaman de las compañías una mayor transparencia en torno a sus políticas ESG.
En octubre, Citi anunció que encargaría una auditoría sobre equidad racial a nivel interno al despacho de abogados Covington & Burling. Una propuesta que había sido forzada por el fondo activista SOC Investment, que aglutina a accionistas minoritarios del banco estadounidense.
El banco aceptar ser auditado por un tercero en estas actividades
Entre otros asuntos, esta auditoría analizará también la puesta en marcha de la iniciativa Action for Racial Equity e incluirá informes y datos aportados por un amplio segmento de organizaciones de derechos civiles del país.
“Al aceptar una auditoría por parte de un tercero, Citi está dando un paso crítico para enfrentar daños de cientos de años contra comunidades marginadas que todavía están presentes en el día de hoy”, señaló Dieter Waizenegger, director ejecutivo de SOC.
“Comprometerse con nuestros accionistas es una parte importante de cómo continuamos evolucionando y fortaleciendo nuestras prácticas ESG”, apuntó, por su parte, Citi.