Citi sale al rescate de DWS tras las investigaciones por greenwashing
La firma norteamericana considera el castigo 'excesivo' y cree que las presuntas malas prácticas no son fáciles de probar
DWS sigue recibiendo apoyos desde las casas de análisis. El fuerte castigo recibido en bolsa desde que se conociera la apertura de investigaciones por sospecha de 'greenwashing' parece más una oportunidad que una excusa para abandonar el capital de la gestora.
La última en apoyar a la germana ha sido Citi. El gigante estadounidense considera excesivos los números rojos acumulados por la gestora desde que se abrieran las investigaciones; entre otras razones porque considera que es muy complicado probar la realización de dichas supuestas malas prácticas.
"Es complicado para los reguladores que DWS pueda 'rendir cuentas' dado que los requisitos de sostenibilidad son subjetivos y esto hace complicado forzar su cumplimiento, incluso aunque se hayan producido", señala Nicholas Herman, analista de Citigroup, en declaraciones recogidas por Bloomberg.
DWS logró captar patrimonio con fuerza durante agosto
"DWS debería superar esto y verse beneficiada a medio plazo por su fuerte enfoque ESG", añade el experto. En este sentido, destaca la fuerte captación de capital logrado por la gestora durante el mes de agosto, aunque los efectos secundarios de la investigación podrían producirse en el futuro.
Sus palabras han sentado bien a la cotización de la gestora, que se anotó cerca de un punto porcentual el lunes. Aun así, el descenso sufrido desde que Estados Unidos y Alemania anunciarán sus investigaciones ronda el 10 por ciento.
Una denuncia desde dentro
Las investigaciones abiertas por la SEC estadounidense y el supervisor alemán Bafin se produjeron después de las acusaciones de Desiree Fixler, que lideraba el área de sostenibilidad de DWS hasta hace unos meses. La ejecutiva se incorporó a la firma en junio de 2020, pero abandonó sus responsabilidades en la primavera de este año.
Bafin, además, se habría puesto en contacto con el presidente del Deutsche Bank, Karl von Rohr, que también ostenta este cargo en la gestora, para investigar su papel.
La gestora, por su parte, siempre ha defendido que sus políticas han sido correctas y, de hecho, así lo explicó en un comunicado publicado el pasado 27 de agosto.
«Rechazamos firmemente las acusaciones hechas por un antiguo empleado. En DWS seguiremos siendo un firme defensor y promotor de la inversión ESG como parte de nuestra responsabilidad fiduciaria en representación de nuestros clientes», apuntaba.
La sostenibilidad es uno de los grandes estratégicos de DWS y también uno de sus grandes motores de crecimiento. En la primera mitad de 2021, los fondos específicos con criterios ESG contribuyeron con casi dos quintas partes de los nuevos activos netos captados.
Dudas regulatorias
El ejemplo de DWS se ha entendido como una señal de que la industria debe tomarse el modelo de inversión ESG como algo más que una herramienta de marketing y algunas gestoras están siendo cautelosas a la hora de colocarse la etiqueta de la inversión responsable, por el riesgo justo de verse señaladas ante la falta de una regulación que aporte una base sólida, que evite problemas.
Algunas gestoras prefieren clasificar fondos en el artículo 8 para evitar tener que dar pasos atrás una vez se conozca la normativa
En España, el ejemplo se ha visto con la entrada en vigor del Reglamento de Divulgación. A pesar de que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) señaló que sería flexible con la aplicación, algunas gestoras han reconocido a SOCIAL INVESTOR que prefieren ser cautas a la hora de clasificar sus fondos dentro del artículo 9; que engloba a los productos considerados 'verde oscuro', a la espera de que finalice el desarrollo normativo.
Esta prudencia se justifica en evitar el tener que dar después un paso atrás y, para ello, la solución más fácil es englobar sus productos sostenibles dentro del artículo 8 y, una vez se despeje la regulación, dar el salto de escalón.
Se espera que la inversión sostenible cambie de nivel en España en 2022, cuando los inversores minoristas deban declarar si prefieren optar por un producto de estas características. A nivel institucional, el cambio ya lleva meses produciéndose.