Las cláusulas verdes de alquiler que llegan al sector inmobiliario

Las cláusulas verdes sobre el contrato de alquiler se contemplan como una forma de descarbonizar el sector inmobiliario

Descarbonización sector inmobiliario

Descarbonización sector inmobiliario

El incremento de la preocupación respecto al impacto del tejido empresarial y financiero en el cambio climático está provocando que la inclusión de criterios ESG se expanda hacia todo tipo de industrias, y dentro del sector inmobiliario, el aumento de peso de estas posiciones se notará en el 2023 incluso en los contratos de alquiler.

Hace unos meses, el director de Merlin Properties, Fernando Ramírez, ya lo avisó a su paso por el podcast de Social Investor, y en las últimas semanas, firmas clave dentro del inmobiliario, como CBRE, reforzaron esta idea.

La inclusión de cláusulas verdes en los contratos de alquiler se contempló por ambas entidades como una forma de contribuir a la descarbonización de esta industria, y todo apunta a que esta medida irá ganando en relevancia durante los próximos años.

El sector inmobiliario, obligado a transformarse

"En la Unión Europea, el sector inmobiliario, pese a su proceso de descarbonización, es responsable del 40 por ciento del
consumo de energía, y del 36 por ciento de las emisiones totales de dióxido de carbono en la atmosfera", apuntaron desde CBRE en su informe sobre el valor de las cláusulas verdes dentro de la industria.

Dentro de España, además, la firma de inversión señaló que "el parque inmobiliario se sitúa en una media de 45 años y recibe una certificación energética media de 'E', lo que significa que sigue siendo energéticamente ineficiente".

Un contexto que, a ojos de CBRE, obliga a una "toma de medidas urgentes que permitan mejorar la eficiencia energética de la
envolvente de los edificios (fachadas y cubiertas), así como de los sistemas de producción de frío, de calor, de agua caliente sanitaria y de iluminación, promoviendo así la generación de energía renovable en los activos".

La empresa norteamericana, sin embargo, alertó de que, en muchas ocasiones, acometer estas renovaciones resulta difícil a causa de "la división de intereses e incentivos entre propietarios, responsables de las inversiones en mejoras y conservación de los edificios, y los inquilinos o arrendatarios, que se benefician de un mayor confort y eficiencia que generan esas inversiones sin tener que financiarlas".

Por ello, razonaba el informe de la compañía del sector inmobiliario, "cada vez se extiende más la inclusión de cláusulas verdes en los contratos de arrendamiento, permitiendo regular las obligaciones y derechos de ambas partes".

Qué ganan arrendador y arrendatario

Esta premisa, como se comentaba anteriormente, ya la defendió Merlin Properties a su paso por los micrófonos de esta casa, afirmando que, a partir de enero de 2023, aplicará unas cláusulas verdes en los contratos de alquiler con las que espera "motivar" a sus arrendatarios para acompañarles en su proceso de descarbonización.

"Como estándar, incorporamos que el arrendatario deba conocer nuestra política de sostenibilidad. Además, la cláusula establece una rebaja del precio en el caso de que el cliente nos diga que es cero neto en su propia operativa. Estamos viendo cómo cuantificarlo", avanzó Fernando Ramírez.

En este sentido, desde CBRE indicaron en su informe que "el modelo de contrato de arrendamiento ecológico que parece más eficiente es el que obliga a aceptar las medidas energéticas emprendidas por el propietario, y que permite a la propiedad repercutir al inquilino hasta un 80 por ciento de los costes de inversión a través de ahorros de los consumos anuales".

La firma norteamericana, además, detalló que "la inclusión de cláusulas verdes contribuye a continuar potenciando la construcción
ecológica y energéticamente eficiente
, así como la expansión del uso de fuentes de energías renovables".

Unos avances que, de acuerdo al criterio del fondo inmobiliario, beneficiaría al arrendatario porque "puede conllevar
importantes ahorros" a través de la reducción en la factura de la luz y el agua, por ejemplo, y al arrendador porque "podría dar
lugar a la revalorización de una propiedad inmobiliaria".

Unos beneficios que ya defendieron expertos como Carmen Urraca - directora de fondos europeos en Banco Sabadell-, y David Paramio -director general en Agentia Rplus-, en el estudio de finanzas.com, pero también otras empresas del sector, como JLL.

La compañía fundada en el Reino Unido apuntó en un análisis del año pasado que "los alquileres verdes están creciendo otra vez en popularidad, a medida que los propietarios y los inquilinos trabajan juntos para apoyar el camino de los bienes raíces hacia las emisiones cero".

Un informe que también indicó que, a nivel mundial, "alrededor del 34 por ciento de los usuarios ya tienen cláusulas de alquiler verde, y que otro 40 por ciento planea firmarlas para 2025".

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