Demandan a la UE por etiquetar las inversiones en gas y nuclear como verdes
Los activistas solicitan al tribunal General de la UE que excluya el gas y la energía nuclear como inversiones amigables con el clima
Greenpeace y otros grupos activistas llevarán a la Comisión Europea a los tribunales, buscando revocar las reglas de la UE que clasifican la energía nuclear y el gas natural como inversiones amigables con el clima.
Los grupos apuntan a la taxonomía de la UE, una lista de inversiones que pueden etiquetarse y comercializarse como sostenibles en Europa. El complejo esquema tiene como objetivo guiar a los inversores hacia proyectos que apoyen los objetivos de cambio climático de la UE.
La Comisión decidió el año pasado agregar algunas plantas de gas y nucleares a la lista, una propuesta que se vio envuelta en controversia y se retrasó repetidamente en medio del cabildeo de los gobiernos que no están de acuerdo con las credenciales ecológicas de los combustibles.
En su demanda, Greenpeace solicita al Tribunal General de la UE, parte del Tribunal de Justicia de la UE, que excluya el gas y la energía nuclear de las reglas.
Violación de sus propias leyes climáticas
Argumenta que la UE ha violado sus propias leyes climáticas, citando las emisiones de CO2 producidas por las centrales eléctricas de gas, y dijo que las reglas corren el riesgo de desviar las inversiones de las energías renovables.
Una demanda separada, de cuatro grupos activistas, incluidos ClientEarth y WWF, busca anular las reglas sobre el gas por motivos similares.
"El gas fósil no es limpio, no es barato y no es una fuente segura de energía", dijo un portavoz de los cuatro grupos.
Un portavoz de la Comisión Europea dijo que el ejecutivo de la UE tomó nota de la acción legal, pero se negó a comentar más.
La Comisión ha dicho anteriormente que las plantas de gas y nucleares deben cumplir "condiciones estrictas" para obtener la etiqueta verde de la UE, incluido un límite de emisiones para las plantas de gas.
Divisiones en los países europeos
Las reglas de la UE expusieron profundas divisiones entre los países sobre qué fuentes de energía utilizar para cumplir los objetivos del cambio climático.
España, Dinamarca y otros habían argumentado que no era creíble etiquetar el gas, un combustible fósil que emite CO2, como inocuo para el clima. Polonia, Bulgaria y otros dijeron que se necesitaban inversiones en gas para ayudarlos a eliminar más plantas de carbón intensivas en CO2.
La Comisión también enfrenta un desafío legal por parte del gobierno austriaco, que busca rechazar la etiqueta verde para el gas y la energía nuclear.