Doce IBEX para apostar por el Acuerdo de París
Larry Fink defendía la semana pasada que la transición energética es más importante -si cabe- tras la guerra en Ucrania. Son muchas las IBEX que ya están alineadas con estos objetivos y todas son invertibles a través de un único ETF
Lo avisaba el máximo responsable de BlackRock, Larry Fink, la semana pasada: la crisis energética que ha potenciado la guerra de Ucrania acelerará la transición energética.
La industria de la gestión de activos lleva tiempo adaptándose a la demanda de los inversores. El Acuerdo de París sentó hace más de un lustro las bases sobre los objetivos que tendrán que ir alcanzando las cotizadas de los distintos sectores en los próximos años.
Cada vez surgen más productos relacionados, pero no existen tantos enfocados a seguir la evolución de las empresas alineadas con la ruta hacia las cero emisiones, que, además, permitan la inversión directa.
Uno de los que se pueden seguir en Europa es el índice Eurozone LargeMidCap Net Zero 2050 Paris-Aligned ESG de S&P, sirve como herramienta para localizar a algunas de las compañías más avanzadas del mundo en este apartado. Y tiene bastante protagonismo español.
Hasta una docena de cotizadas del IBEX 35 forman parte del índice y también del ETF que lo replica: el Lyxor Net Zero 2050 S&P Eurozone Climate PAB.
Clasificado como artículo 9 según el Reglamento de Divulgación (SFDR), su composición revela las empresas que más tienen en cuenta los inversores para alinearse con los Acuerdos de París.
Las IBEX más ESG
Entre las doce firmas del IBEX se encuentran las tres mayores entidades financieras españolas, el Banco Santander -a su vez, entre las diez cotizadas con más peso en la cartera del ETF- BBVA y Caixabank. También ‘utilities’ como Iberdrola, Ferrovial y Red Eléctrica y empresas dependientes del sector turístico como Amadeus y Aena.
La farmacéutica Grifols, la operadora Cellnex, el grupo Inditex, y la renovable Siemens Gamesa completan la cartera.
En común, todas cuentan con las calificaciones ESG altas por parte de los principales proveedores.
Los tres bancos, por ejemplo, están catalogados como líderes de mercado para agencias de rating como MSCI. Sustainalitycs, de Morningstar, los sitúa dentro de un perfil bajo o medio -en el caso del Santander y BBVA- de riesgos ESG, mientras que la plataforma Carbon Disclosure Project (CDP), referencia para conocer la divulgación de los datos climáticos, les concede las puntuaciones más altas.
Las puntuaciones se repiten entre el resto de cotizadas, siendo Siemens Gamesa una de las más aventajadas del IBEX 35, al tener las ‘notas’ más altas de todas las cotizadas.
En el último mes, cuando la guerra de Ucrania ha acaparado la atención de los mercados financieros, el comportamiento del ETF se ha desmarcado de su índice: el vehículo de Lyxor ha presentado un retorno positivo del 2 por ciento, esquivando la crisis energética que ha profundizado el conflicto bélico, frente a las pérdidas de en torno un 2,5 por ciento del índice.
Financiero y electrificación, las apuestas
España es, con cerca de un 10 por ciento, el cuarto país que más peso ocupa en el índice de S&P, formado exclusivamente por cotizadas europeas. Francia, con casi un 30 por ciento, Alemania, con un 27 por ciento, y Países Bajos, con un 15 por ciento, son los únicos que superan en representatividad al IBEX 35.
Los criterios de selección pasan por incluir compañías cuyos planes estratégicos estén alineados con la reducción de 1,5 grados a nivel global para 2050.
S&P incluye cotizadas que hayan marcado como objetivo la reducción de entre al menos un 30 y un 50 por ciento sus emisiones para las próximas décadas, así como aquellas que integren los Objetivos basados en la Ciencia (SBTi, por sus siglas en inglés”, ya que son “creíbles y consistentes con el objetivo de descarbonización”, o alineadas con la normativa TCFD.
También basa su criterio de selección en aquellas que tengan la mayor puntuación en ESG dentro de su propio ranking de divulgación, que S&P estipula en una escala de 0 a 100. La mayoría de compañías del ETF, por su parte, se sitúan por encima de los 90 puntos.
La metodología que utiliza S&P en el índice refleja que en su política de exclusiones, una de las herramientas de las gestoras para sacar a ciertos sectores de sus procesos de inversión, figuran empresas de actividades tradicionalmente excluidas como las armas, el tabaco, las bebidas alcohólicas o los juegos de azar, pero también incluye otras exclusiones relacionadas con la transición energética como el carbón térmico o ciertos derivados del petróleo.
Entre las diez acciones con más peso figuran líderes de mercado en calificaciones ESG como ASML, Sanofi o Siemens, las tres compañías de mayor peso.
Por su parte, las cotizadas del sector financiero son las que más lugar tienen en cartera, con un 23 por ciento. Además de los bancos españoles, aparecen entidades con planes de descarbonización avanzados como ING Group, Intesa Sanpaolo, BNP Paribas o Deutsche Bank, que recientemente actualizó su hoja de ruta para reducir sus emisiones.
El segundo sector que más peso ocupa es el consumo discrecional, que también tiene una marcada orientación para apostar por los planes de transición más avanzados. Las acciones que más peso ocupan son las de fabricantes del sector automovilístico como Stellantis y Mercedes Benz, que invertirán miles de millones de euros en la electrificación de sus modelos según sus estrategias de producción de coches eléctricos. Este fue, precisamente, una de las inversiones que, según Larry Fink, triunfarán en la próxima década.
Tecnología de la información, servicios industriales y salud también tienen un peso importante en el índice, con más de un 10 por ciento cada sector.