EEUU trata de cerrar la brecha con Europa en normativa anti greenwashing
La batería de propuestas lanzadas recientemente por la SEC afecta tanto a fondos de inversión como a empresas cotizadas y la industria de la gestión de activos no las ha recibido muy bien
Wall Street está tratando de acortar distancias con la Unión Europea en regulación anti greenwashing. En pocos meses, la SEC no solo ha presentado una propuesta para obligar a las compañías cotizadas a ofrecer más datos climáticos, sino que la semana pasada lanzó otras nuevas para evitar el greenwashing en la industria de la gestión de activos.
Europa, con el Reglamento de Divulgación, y la futura Directiva sobre Informes de Sostenibilidad Corporativa, lleva ventaja en regulación sostenible sobre Estados Unidos.
En concreto, la SEC estaría trabajando en dos normativas que obligarían a que la industria de la gestión de activos publicara la huella climática generada por la cartera de cada uno de sus productos y que impondría una línea roja para que un fondo se pueda calificar como ESG.
En este sentido, plantea que para que un fondo pueda denominarse como ESG al menos el 80 por ciento de sus activos tenga que estar invertido en activos sostenibles.
Puede consultar la propuesta "Enhanced Disclosures by Certain Investment Advisers and Investment Companies about Environmental, Social, and Governance Investment Practices", que desarrolla la primera de las medidas, desde aquí.
El nuevo paso dado por el regulador del mercado norteamericano, que no está dudando en imponer multas por prácticas de greenwashing, ha tenido distinta acogida.
Por ejemplo, Ceres, ha dado la bienvenida a las dos normativas, valorando positivamente que se ponga orden en un sector que ha doblado los activos bajo gestión -habrían alcanzado los 408.000 millones en 2021- y que contaría con unos 869 productos, entre fondos y ETF, de acuerdo con datos de Morningstar.
Es un grupo muy heterogéneo en el que se incluyen distintos productos y estrategias, que abarcan desde las soluciones climáticas, a la energía limpia, tecnología, bonos verdes... y otros muchos.
"La SEC de forma correcta señala que estos términos en los nombres de los fondos deben estar reflejados en el sumario de su prospecto, así como las metodologías y los datos utilizados para soportar esa denominación ser difundidos", apunta Seres.
La intención de la SEC con su línea roja para los fondos autodenominados ESG es que la publicidad del producto sea real, evitándose prácticas de greenwashing comercial.
La industria de la gestión de activos, con más dudas
El otro lado de la balanza, sin embargo, es diferente. La industria de la gestión de activos no habría recibido las propuestas con el mismo entusiasmo.
De acuerdo con Bloomberg, The Investment Company Institute (ICI, por sus siglas en inglés), cuyos miembros gestionan aproximadamente unos 40 billones de dólares en activos, está preocupada por el impacto en costes que tendrían la normativa y por lo complicado que resulta obtener suficientes datos como para, por ejemplo, poder determinar correctamente la huella de carbono.
“La propuesta de que algunos fondos divulguen las emisiones ligadas a sus posiciones es inviable, puede ser que incluso que la información no está disponible públicamente", señala Eric Pac, director general de ICI.