El Banco de Japón se suma a la lucha contra el cambio climático
El BoJ adquirirá bonos verdes de estados y empresas extranjeras y dará préstamos sin intereses a la banca para que financie proyectos limpios
El Banco de Japón (BoJ) no está dispuesto a mantenerse al margen de la marea verde que se está imponiendo entre los principales bancos centrales del mundo. Después del cambio en la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) y en el paso dado por Banco de Inglaterra, el asiático ha anunciado que reverdecerá su estrategia.
A nivel de balance, realizará adquisiciones de bonos verdes y en esta estrategia incluirá deuda soberana y corporativa de emisiones extranjeros y en divisa extranjera. Para estas adquisiciones utilizará sus reservas internacionales de divisas.
Por otra parte, apoyará los planes de transición del gobierno japonés. Para ello ofrecerá créditos sin intereses a los bancos que vehiculen este capital hacia empresas y pymes que necesiten financiar proyectos ligados a objetivos medioambientales.
Algunos analistas esperaban que abonara intereses a la banca para impulsar la financiación verde
Este paso, sin embargo, se habría quedado corto para algunos analistas que incluso esperaban que el banco central japonés pagará intereses a las entidades que impulsaran este tipo de crédito.
Los fondos comenzarán a distribuirse este ejercicio y el proyecto se mantendrá hasta 2031 -el ejercicio después al que se circunscribe el Acuerdo de París.
Actualización de las proyecciones macroeconómicas
A la espera del impacto que las Olimpiadas puedan tener en el economía, el Banco de Japón también ha revisado su expectativas macroeconómicas.
Concretamente ha recortado en dos décimas sus expectativas de crecimiento para el actual año fiscal, que se cierre el 31 de marzo de 2022, hasta el 3,8%.
Por el contrario, ha mantenido sin cambios las expectativas para los siguientes ejercicios, en el 2,7 y el 1,3%, respectivamente.
La entidad también espera una inflación más fuerte que antes. En concreto, anticipa que alcanzará este año fiscal el 0,6%; lo que representa una considerable mejora de seis décimas. También ha incrementado sus previsiones de IPC para el siguiente ejercicio; en este caso una única décima, hasta el 0,9%.