El Santander dejará de financiar a las minas y a la generación eléctrica intensiva en carbón
Como tarde en septiembre de 2022, publicará objetivos de descarbonización para otros sectores, como los de petróleo y gas, transporte y minería y siderometalurgia
El Banco Santander ha anunciado este lunes "su ambición" de convertirse en cero emisiones en 2050, tanto para el grupo (que es neutro en carbono desde 2020), como "para todas las emisiones de sus clientes derivadas de cualquiera de los servicios de financiación, asesoramiento o inversión que ofrece Santander", explica en un comunicado.
Para cumplir estos objetivos, el banco ha adelantado dos hechos concretos que sucederán en 2030:
- Que para entonces habrá dejado de ofrecer servicios financieros a clientes de generación de energía eléctrica cuyos ingresos dependan en más de un 10% del carbón térmico a partir de 2030.
- Y que para esa fecha habrá eliminado por completo su exposición a la minería de carbón térmico en todo el mundo.
La entidad que preside Ana Botín dará más datos sobre este plan cuando presente su informe sobre financiación climática este año.
Posteriormente, y "no más tarde de septiembre de 2022", anunciará "objetivos de descarbonización para otros sectores relevantes, como los de petróleo y gas, transporte, y minería y siderometalurgia", señala en su comunicado.
Hasta el momento -y así lo dejó ver durante la presentación de resultados de 2020-, el banco había mantenido una política de apoyo a la transición energética de sus clientes.
"Somos uno de los mayores bancos del mundo, con 148 millones de clientes, y por eso tenemos la responsabilidad y la oportunidad de apoyar la transición ecológica y animar a más personas y empresas a ser más sostenibles. Queda muchísimo por hacer, pero los compromisos que anunciamos hoy son un gran avance", declara en el comunicado hecho público este lunes Ana Botín.
En busca de las cero emisiones netas para 2050
Con los objetivos anunciados, Santander firma su compromiso en trabajar con sus clientes para facilitar su transición y, de este modo, reducir sus emisiones de carbono, un punto que será clave para alcanzar la ambición de cero emisiones netas.
Para poner en marcha esta iniciativa, la entidad cuenta con equipos especializados en factores medioambientales, sociales y de gobierno (ESG) en Santander Corporate & Investment Banking (Santander CIB) y en Wealth Management, según afirma el banco.
Además, se encarga de colaborar con la Banking Environment Initiative para desarrollar un marco de trabajo con sus clientes, y es miembro de Climate Action 100+ con el fin de promover actuaciones para mitigar el cambio climático entre las mayores empresas emisoras de gases de efecto invernadero del mundo.
Igualmente, es uno de los firmantes de los Principios de Banca Responsable de la ONU y los Principios de Inversión Responsable (PRI), además de ser miembro del Grupo de Inversores Institucionales sobre el Cambio Climático (IIGCC), con el objetivo de cumplir las mejores prácticas y estándares internacionales.
Por otro lado, con este nuevo paso, Santander pone de manifiesto su acuerdo con el Compromiso Colectivo de la Acción por el Clima de la ONU (CCCA), del que fue firmante fundador en septiembre de 2019 y también logra alinearse con los planes climáticos de descarbonización de la mayoría de los países en los que opera.
Tres ámbitos para alcanzar su nueva meta
Para lograr este ambicioso plan de cero emisiones, el Banco Santander trabajará en tres ámbitos:
- Alinear la cartera de Santander para cumplir los objetivos del Acuerdo de París
- Apoyar la transición hacia una economía verde
- Reducir la huella medioambiental del banco
Respecto al primer punto, Santander aumentará la información pública relacionada con el clima, incluyendo el análisis de materialidad en el Informe Anual 2020 del grupo, que se publica este mes.
Igualmente, implementará las recomendaciones del Grupo de Trabajo sobre Divulgación de Información Financiera relacionada con el Clima (TCFD) del Consejo de Estabilidad Financiera, las expectativas del Banco Central Europeo y otras guías de otras autoridades en materia de riesgos climáticos y medioambientales, con el objetivo de seguir integrando el cambio climático en su gobierno, estrategia, gestión de riesgos, y métricas y objetivos.
En lo concerniente a su apoyo a la economía verde, el banco español, en 2020 dio el paso al hora de ayudar a financiar proyectos de energías renovables de nueva creación (greenfield) con una capacidad total instalada de 13.765 megavatios (MW), suficiente para suministrar energía a 10,3 millones de hogares y evitar la emisión de 60 millones de toneladas de CO2.
Por último, para reducir su huella de carbono, ha creado un plan de compensación de emisiones de carbono con cinco proyectos que han sido certificados por cumplir con estándares internacionales reconocidos
Entre ellos figuran el Gold Standard, el Verified Carbon Standard (VCS) y el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) del Protocolo de Kioto, de acuerdo con la información hecha pública hoy por la entidad.